Editorial Alaire

J. J. M. Ferreiro escribió:Muy oportuna entrega, amigo Alonso, para estos tiempo salvajes, donde la violencia sexista contra la mujer se ha convertido en algo cotidiano en nuestras vidas. Es un problema muy complejo y la única solución es muy a largo plazo, ya que el problema radica en una educación básica, real y efectiva al respeto y libertad del otro; y esto se debe de inculcar desde la infancia, tanto en el ámbito familiar como en los centros de enseñanza, otro remedio no hay. La sociedad está enferma, muy enferma, y este es uno de los síntomas, quizá uno de los más graves.

Me quedo con la parte final del poema, para mí de altas cotas de emoción poética del problema:

recuerdo esa mirada sobrepuesta a la herida,
la cara y su reverso en el espacio inerte
de haber sentido amor
con la sola ambición de amar;

adobada en cristales, como la sal curtida,
las cosechas del miedo
olvidaron las últimas caricias.

Un fuerte abrazo

Pilar Morte escribió:Un poema precioso para una realidad amarga. Me gustó mucho
Un abrazo
Pilar

Rafel Calle escribió:Otro hermoso poema, para engrosar el magnífico poemario que estás escribiendo, querido amigo Alonso.
Te veo muy en forma, los versos te buscan, la belleza te halla.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Te mando un fuerte abrazo.

carmen iglesia escribió:Reconozco que no sabía casi del dictador Trujillos hasta que leí la novela de Vargas Llosa La fiesta del chivo. Pero no hace falta irse muy lejos para encontrar ese maltrato... no sólo físico, por supuesto, sino casi el peor, el psicológico... Es obvio que esas situaciones son nefastas y es necesario su denuncia... pero, sobre todo, el no consentirlas... Y eso es tarea de las mujeres...

Abrazotes,

Carmen

Julio González Alonso escribió:Amigo Alonso:

Sin comentarios; salvo ese horror que cobra carta de naturaleza en la denuncia de tus versos que, sin caer en la demagogia y el morbo, con un lenguaje poètico de altura, nos traes a primer plano. Enhorabuena.
Salud.