Homo sum

[Lisandro Sánchez]

Tu maravilloso poema, Julio, me ha emocionado. Entre otras cosas, por la mención de Lucrecio. Lucrecio nos enseña que el poeta y su obra deben estar al servicio de la verdad, de la justicia, en fin, del bien común. Y es eso justamente lo que hacés vos en este poema.

Los griegos crearon un sistema cuyo pilar fundamental era la esclavitud, y le llamaron "democracia". Y encumbraron a "sabios", como Platón y Aristóteles, que justificaban un sistema en el que un esclavo se vendía a menor precio que un buey. Y persiguieron a pensadores que propugnaban ideas contrarias, como Epicuro, al que tergiversaron maliciosamente, y con éxito, hasta hoy, logrando que según el DRAE epicúreo sea sinónimo de hedonista, cuando era y es lo contrario.

Entre aquellos griegos y estos académicos del DRAE hubo un eslabón fundamental: el Imperio Romano. Y allí, mientras muchos "sabios" justificaban el sistema imperial o al menos evitaban criticarlo, Lucrecio, un poeta, alzó su voz crítica, rescató las ideas de Epicuro, y nos dejó su ejemplo de una vida dedicada a pregonar sus verdades en verso.

Todavía creemos en aquella "democracia" griega, que funciona siempre y cuando haya "democracia" por aquí, y esclavitud por allí. Esclavitud que sostiene a la "democracia", pero desde afuera, sin molestarla. Así funciona el mundo actual. Y así nos va. Mal. Pero el mundo puede salvarse. Para eso hacen falta hombres de acción pero también predicadores, como Lucrecio, y como vos, estimado Julio.

Un gran abrazo.

Lisandro

[Julio Gonzalez Alonso]

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[Julio Gonzalez Alonso]

Soberbio poema, Julio. Eres una enciclopedia. Gracias por tanta información valiosa con que nos obsequias.

Un abrazo.

Muy agradecido por tu aprobación, Enrique. Y no, claro que no soy una enciclopedia; ahora todo consiste en buscar en internet, informarse con paciencia de lo que parezca valioso y publicarlo. Nada original, ya ves. Otra vez gracias y un abrazo. Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Me gusta el mensaje humanista que transmite este poema culto y tan bien elaborado. Felicidades por mostrarnos una vez más tu maestría. Un abrazo.

Un abrazo, amigo Ramón. Creo que seguiré por un espacio indeterminado con estos poemas humanistas porque pienso que estos autores tienen que decir muchas más cosas interesantes que las que yo pueda contar. Siempre gracias. Salud.

[Julio Gonzalez Alonso]

Tu maravilloso poema, Julio, me ha emocionado. Entre otras cosas, por la mención de Lucrecio. Lucrecio nos enseña que el poeta y su obra deben estar al servicio de la verdad, de la justicia, en fin, del bien común. Y es eso justamente lo que hacés vos en este poema.

Los griegos crearon un sistema cuyo pilar fundamental era la esclavitud, y le llamaron "democracia". Y encumbraron a "sabios", como Platón y Aristóteles, que justificaban un sistema en el que un esclavo se vendía a menor precio que un buey. Y persiguieron a pensadores que propugnaban ideas contrarias, como Epicuro, al que tergiversaron maliciosamente, y con éxito, hasta hoy, logrando que según el DRAE epicúreo sea sinónimo de hedonista, cuando era y es lo contrario.

Entre aquellos griegos y estos académicos del DRAE hubo un eslabón fundamental: el Imperio Romano. Y allí, mientras muchos "sabios" justificaban el sistema imperial o al menos evitaban criticarlo, Lucrecio, un poeta, alzó su voz crítica, rescató las ideas de Epicuro, y nos dejó su ejemplo de una vida dedicada a pregonar sus verdades en verso.

Todavía creemos en aquella "democracia" griega, que funciona siempre y cuando haya "democracia" por aquí, y esclavitud por allí. Esclavitud que sostiene a la "democracia", pero desde afuera, sin molestarla. Así funciona el mundo actual. Y así nos va. Mal. Pero el mundo puede salvarse. Para eso hacen falta hombres de acción pero también predicadores, como Lucrecio, y como vos, estimado Julio.

Un gran abrazo.

Lisandro

¡Qué estupendo y provechoso comentario, Lisandro! Gracias por enriquecer este espacio con tus reflexiones y puntos de vista. un abrazo. Salud.

[Andrés de Ojeda]

Me resulta sumamente interesante el uso de la intertextualidad. Y si salen a escena nuestros clásicos...

[Marisa Peral]

Como siempre, estimado Julio, es un lujo poder leerte y aprender.
Gracias, felicidades y un fuerte abrazo.

[Fernando Marcos Rentero]

Instructivo y bello poema, amigo Julio. Siempre es un placer leerte, poeta. Un abrazo.

[Julio Gonzalez Alonso]

Me resulta sumamente interesante el uso de la intertextualidad. Y si salen a escena nuestros clásicos...

Me alegra que los clásicos sean de tu agrado, Andrés; y si eso hace que el poema te resulte de interés, me alegra más. Muchas gracias. Salud.

[Alberto León]

HOMO SUM
(Homo sum: humani nihil a me alienum puto.
Soy hombre: nada humano me es ajeno
Terencio)

Mira y ve que no estás solo
y una alargada sombra te acompaña;
mira las otras sombras que la cruzan
y susurran sus quejas a tu paso.

Mira que el hombre se hace junto al hombre
y que sólo es persona en compañía,
sólo es en el dolor y la alegría
a medias compartidos con su nombre.

Recuerda esto, Terencio te lo advierte:
“Soy hombre: nada humano me es ajeno”,
y la voz de los siglos lo recuerda
para el bien que, común, a todos sirve.

Como en otras palabras de Lucrecio,
tal vez de tanto y tanto ver el cielo
en su noche estrellada y complaciente
la belleza de tan oscuro velo
te parezca ya en nada sorprendente.

Oye, si no, en la voz de Cicerón
hablar desde su firme y fiel discurso:
Esto te digo, -dice-
no hemos venido a nacer
para nosotros sólo. Y a Séneca advertir
locuaz y estoico:
Si para ti quieres vivir, debes saber
que debes antes
vivir
tú para el otro.

Recoge, pues, tu sombra a tus espaldas
y en el humano abrazo solidario
aligera su pesada carga.

Ser persona, ser miembro, ser ramaje
del tronco del robusto árbol
que a la sociedad sostiene
y no perdida sombra solitaria
es ser;

amar el mundo en su esencia
natural, -os digo- libre de dar
libre de recibir y libre
en libertad
del yugo
de la inútil y estéril compañía
de la soledad.

González Alonso

Poeta Julio:

En cuanto terminé de leer este magnífico poema tuve la intención de levantarme y tomar algunos de mis viejos libros de los filósofos romanos, especialmente del gran Cicerón... Pero recordé que estoy en el trabajo y que mi biblioteca está en casa.

Este poema hila perfectamente las ideas de los filósofos mencionados. Ellos comprendieron muy temprano que para que la sociedad funcione debe haber cohesión entre sus miembros. Después vendría la Ilustración y algunos de sus exponentes harían eco de las ideas de los romanos.

Fue un deleite leer este poema. Ahora me siento obligado a releer a esos hombres ilustres, particularmenre a Cicerón con quién siento mucha afinidad.

Saludos afectuosos, poeta.

[Ana Muela Sopeña]

Belleza, filosofía y profundidad en tu poema, Julio:

Todo un compendio de consejos de vida que fueron útiles en su momento, en la Roma clásica, y siguen vigentes hoy en día.

Me ha gustado mucho

Un fuerte abrazo
Y

Felicitaciones
Ana