Re: Para ti, antiguo hombre del campo
Publicado: Jue, 08 May 2025 10:42
Es todo como dices, amigo Ferreiro. Te agradezco mucho tus palabras.
Un abrazo grande y salud
Un abrazo grande y salud
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Te agradezco las palabras tan gratas que me has dejado, querida amiga.Hallie Hernández Alfaro escribió: ↑Jue, 08 May 2025 16:11 .
Hermoso y lleno de altura emocional, querida amiga.
Para que no se nos olvide que somos simiente germinada, madre mía, qué bueno.
Un abrazo enorme; hablamos pronto.
No te falta razón en todo lo que dices, y es una pena cómo estamos echando a perder tanta vida.Lisandro Sánchez escribió: ↑Dom, 11 May 2025 3:22 Hermoso homenaje.
Me hizo recordar a mi abuela paterna que me contaba cómo de niña recorría a mula con sus dos hermanos la finca familiar en Nerva (Huelva) adonde cosechaban dátiles y palmitos. Y sus mayores les decían "quien planta dátiles, no come dátiles", refiriéndose al hecho de que la planta tardaba tanto en dar fruto, que quien la plantaba, no alcanzaba a cosecharla. Aún así, ellos plantaban dátiles.
Y me hizo recordar también a mis abuelos maternos que en Eslovenia, sin conocer la electricidad ni el gas ni el petróleo y sus derivados, ni el papel ni los lápices, producían frutales, vino y "grappa", y criaban ganado, y cuando andaban detrás de los animales en las montañas, conjuraban el frío tomando un trago de "grappa" o cocinando a la llama unas castañas.
Hermoso y poético homenaje a ellos.
Aquí en Argentina seguimos teniendo mucha actividad agropecuaria. Pero sin hombres. Todo manejado desde una notebook en algún departamento de lujo en Buenos Aires o en Miami. Todo ejecutado con máquinas terrestres y aéreas. Siembra directa, labranza química. Plantas modificadas genéticamente para resistir venenos que ningún ser vivo resiste. Los aviones regándolas con toneladas de esos venenos. Los hombres, los animales, las plantas, enfermando, muriendo y heredando a sus descendientes por generaciones y generaciones el daño genético producido por esos venenos. Y todos nosotros, aquí, en Europa y en todas partes, comiendo esos venenos, que están en los granos, las harinas, los aceites, las carnes, los peces, el chocolate, las galletas, la leche... están hasta en la leche materna, en el agua de lluvia en las grandes capitales y hasta en los hielos de la Antártida.
Me fui por las ramas. Es mi especialidad.
Gracias, Pilar, por esos bellos versos.
Un abrazo desde el sur argentino.
Lisandro
Agradezco mucho tus gratas palabras.Rafael Elias Huerta escribió: ↑Jue, 15 May 2025 2:22 Un hermoso presente para la gente que labora en el campo y deja su vida entre los, surcos, arado y el sol.
Precioso poema
Que tengas un feliz tarde
Un abrazo
Siempre, Rafael.
Gracias, Ana, por dejar tu generoso comentario. Me alegra que te gustara.Ana Muela Sopeña escribió: ↑Mar, 20 May 2025 14:01 Magnífico poema, Pilar:
Es un poema sobre el hombre del campo perfecto. Todos los matices están muy bien descritos y equilibrados.
Precioso el comentario de Lisandro.
Enhorabuena, Pilar
Tus versos son de alto valor
Un abrazo
Ana
Pilar Morte escribió: ↑Mar, 08 Abr 2025 17:35 Hombre del campo, siembra,
alacena de frutos.
Mirabas la simiente como hija de tus sueños,
sangre sobre los surcos
donde los granos germinaban,
cual parto de espiga y pan,
para el cansancio y el hambre.
Advertí tu fatiga en el estío,
sudor y fuerza al ritmo del arado.
Te acompañaban al alba
azadón y alforja, afán y esperanza
al ritmo de las mulas.
En el crepúsculo de mi voz, asoman del verano los recuerdos.
Tiempo de hogar y campo con leyendas y dichos,
expresión de vivencias, libres de engaño y soledad.
Al borde del tinto en la taberna
o en la bodega a la luz del candil
eras música y amigos, jota y roble.
Olías a retama, amor y fiesta,
colores de las pupilas
y mirada en los ojos del deseo.
Ay, madrugada de tus sueños,
fuente de varios caños
donde abrevar y saciar la sed.
Eras vivido en calor y frío, abarcas abiertas,
vibración a la altura de la tierra
y mirar con fervor al cielo.
Ellos viven en mí,
porque en mis células anida el esfuerzo
de su cuerpo, su sangre maltratada.
Bravo fue tu corazón de fuego,
hoy heredad antigua
que trae aromas de la tierra
para que no olvidemos que somos
simiente germinada.
Buenos días, Pilar, he leído tú poema y me reafirmo, sin lugar a dudas, de la magnífica calidad de tu palabra.
Te envío mi sincera felicitación, y un fuerte abnrazo.
Desde la soledad de mi isla.
José Manuel.
Nota: cuando mejore de mi baja visión, haré un estudio amplio.