La vida en una simple cartera

[Alejandro Costa]

Era el bastión de mi mundo,
el sudor atado a mi cuello,
la lucha por la supervivencia casi perdida,
la carne sin piel que la protegiera,
y la vida en una simple cartera.

Y aún tenía una corbata sin marca,
una camisa desnuda,
y unos pantalones descosidos.

Fue entonces cuando se me ocurrió preguntar la hora,
y me di cuenta, que ya no me quedaba tiempo.

Pero el tiempo, tan locuaz, tan insolente,
decidió frenar su propósito;
ahora, tan solo me queda,
el poco aire que respiro.

A la vida, le falta vida
y le sobra cartera.

Cuánta razón llevan tus versos. Andamos luchando contra el tiempo, batalla perdida, apostando la piel, la salud y con un ojo puesto en la cartera. Pero de vez en cuando ganamos alguna batalla, y abrimos los dos ojos. Siempre dejamos mucho en el camino.
Un placer leerte despues de otra jornada de trabajo.
Un abrazo Alejandro.

Gracias, compañero.

Muy amable.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

[Alejandro Costa]

La vida es tan corta que nos apura su propia velocidad. Una camisa desnuda y esa vida a la que le falta la propia vida. Muy bueno, Alejandro.
Enhorabuena.

Un abrazo.

Me alegra que así lo veas.

Gracias, compañero.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

[Alejandro Costa]

Poema que dice con lo justo, lo preciso, lo que intenta decir, con sabor a Goytisolo y su cantor. Añadiría, en voz baja y para mi coleto, que la vida tiende a escasa con y sin cartera. Decía Blas de Otero aquello de: "aire / es que en España no hay aire? / aire!", substituimos España por 'VIDA' y hace eco.

Gracias por tu visita y comentario.

Leerte siempre te lleva al aprendizaje.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

[Alejandro Costa]

Era el bastión de mi mundo,
el sudor atado a mi cuello,
la lucha por la supervivencia casi perdida,
la carne sin piel que la protegiera,
y la vida en una simple cartera.

Y aún tenía una corbata sin marca,
una camisa desnuda,
y unos pantalones descosidos.

Fue entonces cuando se me ocurrió preguntar la hora,
y me di cuenta, que ya no me quedaba tiempo.

Pero el tiempo, tan locuaz, tan insolente,
decidió frenar su propósito;
ahora, tan solo me queda,
el poco aire que respiro.

A la vida, le falta vida
y le sobra cartera.

Un poema excelso, Alejandro. Te felicito, poeta. Abrazos

Sabes que tus comentarios siempre me llenan de fuerza.

Como siempre, este es uno de esos.

Mil gracias.

Un beso.

Salud, paz y felicidad.