Corazón mío, esta noche

[F. Enrique]

El mejor que te he leído, sin duda.

Una maravilla.

Un fuerte abrazo.

Salud, paz y felicidad.

Me gusta tu entusiasmo, Alejandro, tiene la marca de la pasión juvenil y del sueño del poeta que vive en ti.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Simplemente a Laura, por su amor inmenso tan ciego y desordenado que hizo que me viera en el fondo del abismo. Ella me mató con su silencio, luego me devolvió la vida con su canto.

Corazón mío, esta noche quisiera pensar
en los viejos barcos anclados en el puerto,
en la estrella de antaño que permanece azul,
en la soledad que corre por mis venas,
en aquellos errores,
¡Qué desastre, dios mío, qué caída en silencio¡

Y tú siempre esperabas
la magia de su rostro,
el ritmo de su paso.

Tú que esperabas siempre
la llegada de aquella que nunca apareció,
soñabas mientras soñabas.

No fui muy despierto y pagué por cada rosa
desvelada o exiliada, y pagué por cada sueño.
Yo no era su amante, sino su payaso herido,
parecía decirme todo, y tú no lo escuchabas.

Ahora tengo que mirarme en otro espejo
para no manchar la huella de tu esperanza,
para no quebrar la corona que entonces
adornara tu frente.

Maravilloso poema, Francisco. Tu talento y gran sensibilidad brillan. Abrazos

Intento sacar partido a mi tristeza, Roxane. Soy uno más entre los poetas tristes; el payaso profundo.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Un poema hermoso y llegador, donde la nostalgia deja un lirismo y emoción que cautiva.
Un abrazo grande y felicidad

Gracias, Pilar. Nunca me ha faltado tu aliento.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Me ha gustado este sentimiento plasmado en poema.
Reseñables las primeras estrofas.
Abrazos y felicidad!

Pobre corazón mío, ya caminar no puedes, ¡Quién pudiera pasar de números y seres? (Baudelaire)

Gracias, Ricardo, por darme la oportunidad de escribir estos versos del gran poeta francés.

Pienso como tú; las primeras estrofas son las mejores del poema.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Me es difícil escoger entre todos tus poemas cual me ha gustado más, son todos realmente muy buenos. Aquí no podría escoger entre "Ya no mueren los labios" y "Corazón mío, esta noche". Ambos son espléndidos.

Un fuerte abrazo.

Yo me quedo, sin duda, con "Ya no mueren tus labios". No pasa nada, Ramón, si tu elección no es así. Ya sabes... los delirios del poeta.

Un abrazo.

[F. Enrique]

De todo lo que he leído tuyo, Paco, este poema es el que más me ha gustado.
Reitero el comentario de Julio y te envío mi enhorabuena y un abrazo muy fuerte.

Me alegro de que te haya gustado el poema, Marisa, y que lo consideres bueno.

Un abrazo.

Que yo diga que es bueno no significa mucho, Paco, porque yo no entiendo casi nada de poesía y me dejo llevar por la intuición, la interpretación que YO le doy a lo que leo, lo que me transmite y lo que siento.
Y con todo esto puedo decir que es bueno.

Y está “Primera versión también me gusta.

Abrazos.

Aquí estoy yo, Francisco Enrique León, casi reventado por unos celos patológicos que hacen que mi poesía se resienta.

Me quedo, ´como ya habré dicho antes con "Ya no mueren los labios". Esta dirigido, sin duda, a aquella a la que amo.

Gracias, Marisa, eres encantadora, y una buena poeta.

[Armilo Brotón]

Es un notable poema, querido Lèon, donde muestras tu buen hacer en verso y tu sensibilidad. Nos vamos leyendo hace años, tienes periodos de exaltación lírica; yo te sugeriría contención, para meter en frasquitos toda esa esencia que acumulas de emoción, que tan bien nos transmites a los que te queremos así.
Un abrazote amigo

[F. Enrique]

Es un notable poema, querido Lèon, donde muestras tu buen hacer en verso y tu sensibilidad. Nos vamos leyendo hace años, tienes periodos de exaltación lírica; yo te sugeriría contención, para meter en frasquitos toda esa esencia que acumulas de emoción, que tan bien nos transmites a los que te queremos así.
Un abrazote amigo

Al final estamos solos con toda nuestra poesía,
lo sabes bien, en la soledad del mar y la muerte.

[Antonio Justel]

¿¿¿ ... QUIÉN HA LOGRADO ASOMAR, SIQUIERA, A TALES PROFUNDIDADES, poeta Francisco Enrique ... ??? ¿ ... quién pasaba por allí que incendió tus púlsares e iluminó tu cielo poético ... ??? Ahhh ... si no existe más misterio ¿ dónde, cómo hallaste y perduraste con semejante canto, dónde, cómo ... ??? Venga ... a. justel/Orión

[F. Enrique]

¿¿¿ ... QUIÉN HA LOGRADO ASOMAR, SIQUIERA, A TALES PROFUNDIDADES, poeta Francisco Enrique ... ??? ¿ ... quién pasaba por allí que incendió tus púlsares e iluminó tu cielo poético ... ??? Ahhh ... si no existe más misterio ¿ dónde, cómo hallaste y perduraste con semejante canto, dónde, cómo ... ??? Venga ... a. justel/Orión

Ver com la. Luz apagada, eso es lo que haces, Antonio. No recuerdo un comentario más bello.

Un abrazo.

[F. Enrique]

¿¿¿ ... QUIÉN HA LOGRADO ASOMAR, SIQUIERA, A TALES PROFUNDIDADES, poeta Francisco Enrique ... ??? ¿ ... quién pasaba por allí que incendió tus púlsares e iluminó tu cielo poético ... ??? Ahhh ... si no existe más misterio ¿ dónde, cómo hallaste y perduraste con semejante canto, dónde, cómo ... ??? Venga ... a. justel/Orión

Ver con la Luz apagada, eso es lo que haces, Antonio. No recuerdo un comentario más bello.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Un abrazo.

Gracias.

[Rafel Calle]

Arriba con este hermoso, interesante y evocador poema del amigo Enrique, que se ha ganado los elogios de cuantos me preceden.
Abrazos.

[F. Enrique]

Nunca tuve fe en este poema, Rafel, así, todo lo que me llega hablando sobre él es un regalo añadido. En esto me veo cada vez que lo leo y pienso que añadiría esto, que suprimiría aquello, que vuelvo al surrealismo que impregna algunos de mis poemas, con el romanticismo intemporal adueñándose de todo aquello que nos pertenece a todos y permanece en el aire cuando nos sentimos heridos por un verso de Quevedo; hay en mi corazón furias y penas.

Tengo asumido que no tendré jamás la lucidez de José Emilio Pacheco. Él tenía por cierto que lo que salía de su pluma sería comentado, que sus sentimientos pertenecerían a aquellos que lo necesitaran. Sé muy bien que la oscuridad de mis poemas no se enciende en el camino que hay entre yo y el olvido. Pero merece la pena intentarlo, en esa lucha siempre hay algún verso que se rebela con los vestigios que permanecen en los labios del silencio.

Ya no tengo la calma para medir un poema de amor, volvamos a ese momento que rompe la soledad de algunos poetas que nos siguen acompañando cuando descubrimos algún misterio en la palabra siempre, cuando tenemos por cierta la belleza que subsiste en el amor, aun cuando perdemos fuelle en la mirada de aquella que conserva el milagro del primer verso de cada poema.

Muchas gracias. Un abrazo.

[F. Enrique]

Es un notable poema, querido Lèon, donde muestras tu buen hacer en verso y tu sensibilidad. Nos vamos leyendo hace años, tienes periodos de exaltación lírica; yo te sugeriría contención, para meter en frasquitos toda esa esencia que acumulas de emoción, que tan bien nos transmites a los que te queremos así.
Un abrazote amigo

Al final estamos solos con toda nuestra poesía,
lo sabes bien, en la soledad del mar y la muerte.

Vuelvo a ser aquel muchacho que perdía la última camioneta por querer retener sus palabras, su sonrisa profunda y triste, y tenía que atravesar la oscuridad en la que merodeaban buscadores fronterizos mientras la poesía perdía su rima y me apoyaba en ella y en el destino de un pensamiento sin rumbo; hay una relación extraña entre el miedo y yo, ese temor de perder lo que nunca se ha tenido y era cierto y evocador. Vuelvo a la soledad bajo los laureles de la India, a un barrio que no es el mío aunque me pertenezca, vuelvo a hablarle a esta ciudad sabiendo qué no me escucha. Nadie puede medir la distancia que se abre entre la prosa y el verso, he buscado las iluminaciones en los más lóbregos senderos teniendo como alma los escaparates de sus ojos, los fulgores intensos de su voz y sus suspiros.

Gracias, hermano.

Un abrazo, Armilo.