Página 2 de 2
Re: Cuántas Lunas
Publicado: Sab, 29 Nov 2008 0:23
por Enol Sanyago
Blanca Sandino escribió:Me he preguntado si la sombra de unas díscolas nubecillas, ajarían la imagen de la luna cuando ella se contempla en algún espejismo incauto. Y la he visto (imaginado), pero no termino de decidir si la afean o le dan aún más encanto.
Pobres flores. Pobre destino para tanta perfección. Menos mal que nunca sabrán que nacen de la tierra, ni cuánto y cuánto, esconde ésta. En algún relatillo escribí: "deseo, dije, que nadie ponga flores sobre mi muerte, sólo la mía es inevitable."
Como Carmen, opino que el final es para releer.
Blanca
Agradecido leo tu reflexión, que complementa muy bien la intención del poema.
Pena de lunas, pena de espejismos, pena de flores...cuántas cobardías muertas.
Abrazo Grande
Blanca y más gracias.
Publicado: Sab, 29 Nov 2008 0:25
por Enol Sanyago
Ricardo Serna G escribió:Enol Sanyago,
Me encantó
Bien estructurado
buen ritmo
te felicito
un abrazo fuerte, amigo
Gran honor tenerte entre estas letras,
Ricardo.
Recogo tus felicitaciones con la humildad del aprendiz y los pies en la tierra.
Abrazo grande.
Publicado: Sab, 29 Nov 2008 10:42
por Valentin Martin
El paso del tiempo es devastador y la imagen que tenemos o dejamos atrás de nosotros mismos es a veces una estafa. El poema es bellísimo y contundente. A mí me llega especialmente porque nunca tendré tumba ni flores, ya que habito desde siempre en el bando de los cobardes. ¿Es puro espejismo lo nuestro, somos sólo eso? Ah, amigo, cuántas preguntas siembra a veces un poema.
Un abrazo.
Publicado: Sab, 29 Nov 2008 11:40
por Luis Oroz
Un poema, amigo Enol, casi hechizante, con el ambiente exacto; parece llegar la niebla desde la palma abierta de tus manos.
El poema abre y cierra un círculo, abre y cierra una idea con la lucidez del pensamiento.
Lo que pudimos hacer y no supimos, lo que sabíamos hacer y no quisimos, lo que quisimos hacer y se quedó en el aire...
La eterna duda de lo correcto, del sueño convertido en realidad.
Un poema que habla del yo y nos traslada al tú para que vuelen todos los pronombres.
Un placer, amigo.
Mi abrazo.
Luis Oroz.