Editorial Alaire

Benjamín León escribió:Abre su musical celeste, el cielo,
su arboleda metálica en medio de la luz.
Abre su jaula y transparencia,
el fuego y la guitarra, su pulmonar retrato.
Esparcidas las horas
suenan las máquinas del mundo
y croan los relojes,
derraman su recado natural,
fulgen las bóvedas del aire:
las aguas de Dios.
Abajo, la inocencia alumbra:
la niebla yace en los ladrillos,
el ojo de la edad cuenta sus números,
van los hijos del trigo por su pan.
Penden las flores, ruedan bajo el canto.
Hierven los pájaros crepusculares,
el cielo asoma y rompe la azul cristalería:
forma el vaivén, la paz.
Crece en los párpados el cielo,
arde su indefinible nombre,
su página y poema.
Crece su memorial de nubes,
la sílaba del apio,
su pentagrama taciturno.
Los árboles se mecen y decantan,
el limonero da su nueva luz,
los ríos se deshacen en su cauce,
el cielo baja por el mundo
y cubre su campana en celofán.
Yergue la luz su tinte,
firma su natural silencio,
el cielo desatado por el aire,
su oxígeno y palabra,
su arboladura,
su rastro paternal cubriéndonos la tierra.