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Wilmer Uzcátegui escribió:Al vivir, estremecer y suspirar en éste contexto, digamos que por fin admito que; somos maniáticos en exelencia. Somos un sonido tan grande como el mar, ésa metafora me fascinó.
Diría en susurro como fantasma que creo ser, me da gusto volver aquí y haberla leído.
¡Salud por hoy y siempre!
Rafel Calle escribió:Yo no sé lo que dura mi silencio,
lo llevo en la piel,
agarrado a los poros
como una enfermedad que no se cura.
Hasta que llegues y me nombres.
Y la voz se haga luz,
una luz que se coma las ciudades.
Un sonido tan grande como el mar.
Para que yo me tienda sobre tu isla
y todo el agua se nos quede dentro.
...................................................................
Hermoso poema, querida amiga Carmen.
Pienso que tienes un estilo asequible para muchos lectores y eso me parece importante.
Ha sido un placer leerte.
Te mando un fuerte abrazo.
Just Gafar escribió:Se puede oir crecer desde el agua, la arena de ese nombre donde tenderse Carmen.
Un gusto naufragar
abrazos
Magnífica entrega amiga Carmen, el poema se va agrandando en cada verso, aquí su mensaje de plenitud es cuestión de tamaño , luces que se lo engullen todo, mares que inundan el infinito interno.carmen iglesia escribió:Yo no sé lo que dura mi silencio,
lo llevo en la piel,
agarrado a los poros
como una enfermedad que no se cura.
Hasta que llegues y me nombres.
Y la voz se haga luz,
una luz que se coma las ciudades.
Un sonido tan grande como el mar.
Para que yo me tienda sobre tu isla
y todo el agua se nos quede dentro.
Gracias a ti por tus buenos deseos... soy, básicamente, bastante feliz... y tengo unas ganas de vivir enorme...JUANPABLO escribió:carmen iglesia escribió:Yo no sé lo que dura mi silencio,
lo llevo en la piel,
agarrado a los poros
como una enfermedad que no se cura.
Hasta que llegues y me nombres.
Y la voz se haga luz,
una luz que se coma las ciudades.
Un sonido tan grande como el mar.
Para que yo me tienda sobre tu isla
y todo el agua se nos quede dentro.
CARMEEEEN
quiero encender tu nombre
y arrancar de tus poros el silencio;
quiero encender tu voz
para que cantarina te eches a la calle
e ilumines la ciudad con tu risa;
quiero encender tu alegría
y tus ganas de vivir
para que lluevan sobre ti,
hasta inundarte,
mares de fortuna y de placer.
Yo también seré feliz
si tú lo eres.
Gracias por ofrecernos la elocuencia de este poemilla,
corto en líneas
y tan rico en sugerencias.
Un abrazo.
* * *
carmen iglesia escribió:Yo no sé lo que dura mi silencio,
lo llevo en la piel,
agarrado a los poros
como una enfermedad que no se cura.
Hasta que llegues y me nombres.
Y la voz se haga luz,
una luz que se coma las ciudades.
Un sonido tan grande como el mar.
Para que yo me tienda sobre tu isla
y todo el agua se nos quede dentro.
Sé que me sigues, Oscar, y yo te lo agradezco muchísimo...Óscar Distéfano escribió:Te sigo, porque me gusta cada nuevo poema.
En este veo ese sutil juego de los contrastes
que haces con las imágenes. Aunque no sólo en este.
El final (todos tus finales) tiene esa carga
de asombro, de paradoja que deleita.
Te mando un abrazo con mi admiración.
Óscar
María de la Cruz Díaz escribió:"Para que yo me tienda sobre tu isla
y todo el agua se nos quede dentro"
Precioso Carmen, dejas en mi espíritu la grandeza de ese amor. Todo el poema me llena, pero ese final...uyyy
Gracias por compartir esta belleza.
Maricruz
Muy amable tu comentario...J. J. M. Ferreiro escribió:Magnífica entrega amiga Carmen, el poema se va agrandando en cada verso, aquí su mensaje de plenitud es cuestión de tamaño , luces que se lo engullen todo, mares que inundan el infinito interno.carmen iglesia escribió:Yo no sé lo que dura mi silencio,
lo llevo en la piel,
agarrado a los poros
como una enfermedad que no se cura.
Hasta que llegues y me nombres.
Y la voz se haga luz,
una luz que se coma las ciudades.
Un sonido tan grande como el mar.
Para que yo me tienda sobre tu isla
y todo el agua se nos quede dentro.
Un par de bicos.
Ana Villalobos Carballo escribió:Yo no sé lo que dura mi silencio,
lo llevo en la piel,
agarrado a los poros
como una enfermedad que no se cura.
El primer verso lo había leído así "Yo sé lo que dura mi silencio" e inmediatamente pensé: ¡qué afortunada es Carmen! Pero luego me he dado cuenta de mi error, leo bien, y pienso: ¡qué bien lo describe, así es, exactamente así. Y me emociona y duelen estos versos porque realmente es díficil saber cuanto dura (aunque parezca extraño que lo diga alguien como yo a quien tanto le gusta hahlar,jajaj). El resto del poema hermoso, tan hermoso como lo es el hecho de que venga alguien que te nombre, que te ame, y ponga luz en tu vida. Aunque últimamente me da por pensar que en vez de esperar a que nos nombren deberíamos empezar por nombrarnos a nosotros mismos que, en ocasiones, tampoco es nada fácil.
Bueno, pensamientos míos ante la lectura de tus versos.
Me ha gustado leerte.
Un beso que te llegue al corazón
eledendo escribió:carmen iglesia escribió:Yo no sé lo que dura mi silencio,
lo llevo en la piel,
agarrado a los poros
como una enfermedad que no se cura.
Hasta que llegues y me nombres.
Y la voz se haga luz,
una luz que se coma las ciudades.
Un sonido tan grande como el mar.
Para que yo me tienda sobre tu isla
y todo el agua se nos quede dentro.
... Carmen, grande esa explosión de ti que señalas como luz y sonido llenando ciudades; los dos versos finales son muy buenos, mucho; guárdalos bien; un abrazo, Orión
