xaime oroza carballo escribió: ↑Dom, 01 Ene 2023 23:45
A CANTIGA DO MALVÍS
Ía seguindo o poema e metéuseme, moi dentro,
do malvís, espido o asubío, fendendo;
coa beleza na gorxa buscando a raiola;
o azul frío do ar do val.
Deixando atrás as cores dos reflexos na tona do río
murmuran, nas túas mamilas,
abstractos debuxos xeométricos.
Francotiradores, con distinta sorte na vaicheboa
da serindipia, da gorxa do malvís buscando
a raiola fráxil, coas pegadas, nómades
no chan do monte, vai, o asubío,
coma un poema no ar, navegando, do silencio, o frío.
Xa de mañá, no vento,
viñeron á fiestra os xílgaros coa cor e o chirlo.
No acubillo de vidro, que da á rúa,
entran a néboa e o fume.
Do mesmo xeito, que as tolinas e as sereas,
batíche-los mares coa túa cola enxel de peixe,
facendo voar, na maxia, derriba das ondas, da galerna
as gaivotas de prata.
Alguén chamou con présa!
E cando abrín a porta, entrou a noite!.
Auga da fonte, negro e amarelo,
fiúncho e néboa, espido o asubío
Antes de que veña a choiva,
antes de que a choiva veña unha raiola corre
na tona do espello da pucharca negra.
Ía, camiño de ti pero perdinme, do río na retorta,
collido á garza apañando raiolas para engaiolarte.
Auga da fonte, negro e amarelo, espido o asubío.
Unha raiola corre
na tona do espello da pucharca negra.
Do francotirador, moi rexo no vento, o doce asubío;
e unha raiola corre na tona do espello da pucharca negra.
Ía seguindo o poema e metéuseme, moi dentro,
do malvís, espida a cantiga, detendo o tempo
na cor dos camiños da outonía.
LA CANTIGA DEL MALVÍS
Iba siguiendo el poema y se me metió, muy dentro,
del malvís, desnudo el trino, rasgando;
con la belleza en la garganta buscando el amanecer;
el azul frío del aire del valle.
Dejando atrás los colores de los reflejos en la supeficie del río
murmuran, en tus pezones, abstractos dibujos geométricos.
Francotiradores, con distinta suerte en la serindipia,
de la garganta del malvís buscando el frágil rayo de sol,
con las huellas, nómadas en el suelo del monte, va, el silbido,
como un poema en el aire, navegando, del silencio, el frío.
Ya de mañana, en el viento, vinieron a la ventana
los jílgueros con el color y el trino.
En el cobijo de vidrio, que da a la calle, entran la niebla y el humo.
Del mismo modo, que las tolinas y las sirenas, batiste los mares
con tu cola ligera de pescado, haciendo volar, en la magia,
sobre las olas de la galerna, las gaviotas de plata.
Alguien llamó con prisa! Y cuando abrí la puerta, entró la noche!.
Agua de la fuente, negro y amarillo,
hinojo y niebla, desnudo el silbido
Antes de que venga la lluvia, antes de que la lluvia venga
un rayo de sol corre en la superficie del espejo de la charca negra.
Iba, camino de ti, pero me perdí, del río en la revuelta,
abrazado a la garza colectando amaneceres para enamorarte.
Agua de la fuente, negro y amarillo, desnudo el silbido.
Un rayo de sol corre en la superficie del espejo de la charca negra.
Del francotirador, muy recio en el viento, el dulce silbido;
y un amanecer corre en la superficie del espejo de la charca negra.
Iba siguiendo el poema y se me metió, muy dentro,
del malvís, desnuda la cantiga, deteniendo el tiempo
en el color de los caminos del otoño.
Muíños, 141222
Trad: Shaim et Alza
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