Blanca Sandino escribió:En este momento me he quedado entre dos fuegos. Me explico, por una parte, entiendo ese anhelo al que, para mostrarnos de qué hablas, nos conduces. Y he pensado, ojalá, para de inmediato, preguntarme si ese anhelo y ese ambicionar la luz (en contraposición), no serían motivo suficiente para provocar todo lo contrario de lo que se espera. No sé si hay final, Óscar, porque, si analizamos, surgen tantas y tantas variables, que el problema me parece irresoluble. Lógico por otra parte, pues ese 'Anhelo' es -seguramente- un futurible.
Gracias por el poema, y por hacerme pensar. Muchas.
Blanca
Me quedo admirado de tu voluntad para el análisis. El planteo es el siguiente: la ruptura es un hecho irreversible; entonces, el amante anhela que la fuerza del amor le brinde alguna posibilidad para el futuro; quiere que ese fuego se convierta en bumerang, avivado por la distancia y los recuerdos. Tiene la esperanza de que ningún otro amor futuro opaque o anule el amor vivido. Pero no puede seguir porque, en ella sólo existe materia, carne, sin luz, sin el milagro del amor, cosa que se puede conseguir en cualquier esquina de las zonas rojas.
Te agradezco la visita y el comentario.
Un abrazo.
Óscar