Editorial Alaire

El placer de lo contemplativo hecho soneto con un verso introductorio en los cuartetos y un pensamiento que invita a saborear el momento en cada estrofa. En los tercetos un muy buen toque final.
Encantado con el lienzo poema, Ana.
Un abrazote desde estos campos.

Los viajes y regresiones a la infancia, si son con un helado de menta, siempre son gozosos; y si el viaje se hace en soneto, no hay mejor viaje. Gracias, Ana, por esta fresca y bonita propuesta. Un abrazo. Salud.

Gracias, F. Enrique:

Es cierto... no miré en el diccionario de rimas. Estas son sencillas y salieron así, de modo natural.

Siempre agradecida por tus amables comentarios...

Un fuerte abrazo
Ana

Mil gracias, Ana:

Un verano entre 22 y 24 grados sí me gustaría. Así eran los veranos de mi infancia en Vizcaya. Pero ahora, con temperaturas entre 35 y 43 grados pues no. Siempre mareada y con la tensión baja. Las calles parecen un microondas.

Ya queda poco para que entre el otoño.

Un beso enorme
Ana

Es cierto, Ignacio:

He buscado la quietud y la somnolencia del verano. Ese tiempo sin tiempo. Cuando parece que todo se ha detenido.

Un beso