Ana Muela Sopeña escribió: ↑Sab, 26 Feb 2022 23:16
A S. y N. que residen en Kiev
El cielo se ha vestido de un gris plomo
por humo y proyectiles.
La inquietud ha inundado la ciudad.
Todo parece un plano surreal.
La pesadilla es miedo, angustia y pánico.
El sonido del fuego es lo que impera.
Por las calles no hay nadie.
La gente está en sus casas o en refugios.
El corazón del mundo está en Ucrania.
El alma del planeta está con Kiev.
Todo parece un cuento tenebroso.
En las plazas de todos los países
se escucha un "No a la Guerra".
La palabra podría traer paz.
Las armas siempre son una antesala
del fracaso anunciado.
Las plegarias envuelven el planeta.
Las luces son ahora una esperanza.
Los muertos ya no pueden opinar.
Ojalá que el silencio vuelva a ser
la melodía interna de la urbe
y llegue el "alto el fuego";
porque después de siglos y milenios
parece que los seres de la Tierra
aún no conocemos la lección.
Somos los ignorantes
de esta galaxia bella y luminosa.
Se hace necesario aprender
que el diálogo podría ser de paz,
pero los tanques solo traen la muerte,
la destrucción terrible, el gran vacío.
La pregunta esencial, lo denigrante.
La gran devastación del territorio
y la noche sin fin, oscura y sórdida.
Ana Muela Sopeña
Se hace necesario aprender
que el diálogo podría ser de paz,
pero los tanques solo traen la muerte,
la destrucción terrible, el gran vacío.
La pregunta esencial, lo denigrante.
La gran devastación del territorio
y la noche sin fin, oscura y sórdida.
Un poema muy doloroso, Ana. Me quedo entre todo lo bello de lo injusto que destacas con esta estrofa final.
Me alegra enormemente volver a leerte.
Un cordial y fuerte abrazo hasta el Norte.
Desde la soledad de mi isla,
José Manuel F. Feblesw