lejos del acero iracundo y de los rayos.
Acércate. Te recibo en mi pecho y en mi ciencia,
en las inmediaciones del pan, en los árboles;
te recibo en la imposibilidad de mi alegría
y en el agua estancada de mis pérdidas.
Nunca te alejes ya de mis sueños"
Quizá tu salud (física) esté cojeando un poco, solo un poco, pero tu "duende" poético, tu "bicho" artístico, está más fuerte que nunca. Poema tras poema, sigue saltando de árbol en árbol como nuestros primos voladores

Todo un placer de lectura, joven viejo amigo.
Abrazos y salud.