Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias, querido amigo, por la generosidad de tus palabras.Hector Cid escribió: ↑Mar, 21 Dic 2021 17:52 Un poema de inmensa calidad que destila una belleza triste. Mis preferidos son estos versos
"pensó que la huida sería transitoria,
que detrás de los pasos
las huellas
no olvidaban el regreso".
Mis felicidades sinceras y mi saludo cariñoso.
Casi todo lo que es diáfano, esplendoroso sale de un denso caos. Tu poema nos habla con esos mismos elementos de la cordura. Un placer leer tu bella obra. Pilar. Un abrazo grande, E.R. AristyPilar Morte escribió: ↑Lun, 20 Dic 2021 1:06 Rozaron la tristeza
y un nido de alas muertas
respondió al silencio.
El llanto interno vio romperse el pasado,
y la realidad se hizo buitre
comiendo el tiempo
de todos los sueños.
Murió el puntal de la luz.
Él,
que se ataba a la vida
con cadenas de júbilo,
arrastrando tenaz los afectos,
pensó que la huida sería transitoria,
que detrás de los pasos
las huellas
no olvidaban el regreso.
Se unieron los búhos del bosque
para cerrar los límites.
Nadie queda en las sendas
que recoja las ascuas del refugio.
La lluvia quiso derramar gotas
de cálido azul
para suavizar los fríos nocturnos,
el insomnio de las noches nevadas.
Un día me dijo:
la paciencia
me habla de cordura.
Él siempre confiaba
en los resplandores.
Sabe que la tierra
que oscureció sus raíces
puede nutrirse de futuro.
…y espera.
Gracias, querido amigo, por dejar tu valiosa palabra.Ramón Carballal escribió: ↑Sab, 25 Dic 2021 13:24 Veo esperanza en esto versos y eso me gusta. El poema va creciendo hasta esa parte final tan lograda. Un abrazo y feliz Navidad.
Gracias, querida amiga, por comentar con generosas palabras.E. R. Aristy escribió: ↑Lun, 27 Dic 2021 0:30Casi todo lo que es diáfano, esplendoroso sale de un denso caos. Tu poema nos habla con esos mismos elementos de la cordura. Un placer leer tu bella obra. Pilar. Un abrazo grande, E.R. AristyPilar Morte escribió: ↑Lun, 20 Dic 2021 1:06 Rozaron la tristeza
y un nido de alas muertas
respondió al silencio.
El llanto interno vio romperse el pasado,
y la realidad se hizo buitre
comiendo el tiempo
de todos los sueños.
Murió el puntal de la luz.
Él,
que se ataba a la vida
con cadenas de júbilo,
arrastrando tenaz los afectos,
pensó que la huida sería transitoria,
que detrás de los pasos
las huellas
no olvidaban el regreso.
Se unieron los búhos del bosque
para cerrar los límites.
Nadie queda en las sendas
que recoja las ascuas del refugio.
La lluvia quiso derramar gotas
de cálido azul
para suavizar los fríos nocturnos,
el insomnio de las noches nevadas.
Un día me dijo:
la paciencia
me habla de cordura.
Él siempre confiaba
en los resplandores.
Sabe que la tierra
que oscureció sus raíces
puede nutrirse de futuro.
…y espera.
