Excepcionales versos amigo Julian, que nos retrotraen, y casi nos hacen vivir, las duras condiciones del trabajo poético en los lejanos tiempos en que Berceo acometía, y marcaba para siempre, una de las páginas más importantes de la Literatura en Lengua Castellana. Así debió de ser entre frío, viento e inexorable deterioro físico; en el proceso cretivo el hombre entrega su alma y también su cuerpo físico.julián borao escribió:Es pesada tarea la escritura en tiniebla
cuando la noche fría se aproxima en sigilo
y el invierno se apresta a comenzar.
Mira el monje sus manos ya casi entumecidas
mientras vientos del norte recorren ululantes
la campiña desnuda de las suaves veredas
que velan las colinas.
Ya el fuego se ha extinguido, cuatro brasas
mantienen la luz de su agonía,
en la oscura intemperie queda leña
cubierta por helado rocío,
pero las sombras priman sobre la senda esquiva
que no invita a labores
ante el acecho de hora intempestiva.
Y una calma fatiga le apodera al poeta
de la cuaderna vía
con la pluma en la mano por la costumbre diaria
que hoy pospone pensando en la mañana nueva
de la misma rutina rigurosa y cansina.
Nadie vela los muros,
la oscuridad acecha,
con paso quedo avanza a su retiro
mientras las piedras duermen
su larga paz de siglos.
J. Borao
Un abrazo.