Editorial Alaire

Julio González Alonso,

Una preparación extraodinaria

con un sabor magistral...

te felicito

Un abrazo fuerte, querido amigo

Blanca Sandino escribió:Hmmm. Qué bueno el salmorejo, y qué estupendo tu soneto, Julio.

Aplausos. Muchos.

Blanca

Julio González Alonso escribió: Salmorejo.


Ay bendita humildad que en salsa pones
tomate, pan, aceite y la alegría

Gracias por entrar a disfrutar de un buen plato de salmorejo, Blanca. Gracias, de igual modo, por los aplausos.
Salud.

S.Castelar escribió:Pero qué rico el salmorejo, ni el gazpacho le hace sombra a estas alturas. Me encantó el soneto, casi tanto como me gusta tan delicioso plato dentro de la sencillez...este verano Benjamín y yo lo hemos preparado mucho y nos trajo muchos recuerdos.

Un abrazo, amigo

Sara

Pues, amiga Sara, nada más estimulante que recibir el ánimo y la buena opinión de una nativa criada en la patria (o una de ellas, tal vez la más importante) de este exquisito plato. No me cabe la menor duda de que Benjamín se habrá dejado seducir de buen grado con las virtudes del salmorejo, elocuente como pocos desde su sencillez. Un abrazo.
Salud.

Claro, amigo Julio, seguramente te saldrían excelentes sonetos o poemas a partir de la cocina chilena. Por ahora, me quedo en tu excelente poema, que me alegra releer. Yo no conocía el salmorejo, no había comido hasta que lo probé de la mano de Sara, me encantó, fue una de las cosas que más me gustó, y ella lo sabía y a menudo lo preparaba. Espero pronto disfrutar de ambos manjares, del salmorejo y de su cocinera jojo. En cuanto al poema, me conmueve el inicio que haces hablando sobre la humildad de éste alimento, y luego, como eres capaz de dar a conocer poéticamente algunas de sus bondades. Un gusto, recordar, y leerte.

Un abrazo fraterno, Benjamín.

Ana Villalobos Carballo escribió:Sabrosísimo soneto, Julio, aunque te pongo una pega y es que en mi tierra además de alegría le ponemos un poquito de ajo. Nunca mejor dicho, un gusto pasar por tus versos.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

No tengo nada que objetar a tu pega, amiga Ana. En verdad que si el ajo se me escapó fue porque no tuve manera de meterlo en los estrechos catorce versos y las estrechas once sílabas del soneto, que -además- tienen que acentuar en 6ª y 10ª, como bien conoces, o en 4ª, 8ª y 10ª si el verso es sáfico. Y, además, conseguir la rima.

Bueno, ya sé que no es suficiente excusa para el arrinconado ajo; diré en descarga del autor, que este vate no puede, no sabe y no pretende especificar las recetas completas de cada plato, que pretende subrayar alguna de sus características, estimular el gusto por los platos sencillos, etc etc. Ya sé que tampoco sirve de pretexto para dejar a un lado al humilde y necesario ajo de nuestra mejor cocina. Pido perdón. Pido disculpas al ajo y los lectores. Espero que tú, amiga Ana, también me perdones.

Un abrazo ajoso.
Salud.

aún con falta de ajo, como señala Ana, un soneto
pa' acompañarlo con un buen salmorejo y chuparse hasta las deo's


aplausos


.

Rafel Calle escribió:Sabrosísimo trabajo, querido amigo Julio, digno de un cocinero de sensaciones versadas que abriga la virtud de los fogones mágicos.
Ha sido un deleite palatal de un embrujo narrativo por la ley de los sabores de siempre.
Te mando un fuerte abrazo.

Pues el honor siempre es mío al acudir a mi mesa y ser grato comensal de estos menús que hacen la sencillez de nuestra cultura, platos no exentos de elegancia y aromas y sabores arropados en colores seductores. Siempre gracias.
Salud.

Ricardo Serna G escribió:Julio González Alonso,

Una preparación extraodinaria

con un sabor magistral...

te felicito

Un abrazo fuerte, querido amigo

Gracias, Ricardo, por compartir la preparación y el sabor de este plato hecho soneto. Un placer.
Salud.

Benjamín León escribió:Claro, amigo Julio, seguramente te saldrían excelentes sonetos o poemas a partir de la cocina chilena. Por ahora, me quedo en tu excelente poema, que me alegra releer. Yo no conocía el salmorejo, no había comido hasta que lo probé de la mano de Sara, me encantó, fue una de las cosas que más me gustó, y ella lo sabía y a menudo lo preparaba. Espero pronto disfrutar de ambos manjares, del salmorejo y de su cocinera jojo. En cuanto al poema, me conmueve el inicio que haces hablando sobre la humildad de éste alimento, y luego, como eres capaz de dar a conocer poéticamente algunas de sus bondades. Un gusto, recordar, y leerte.

Un abrazo fraterno, Benjamín.

¡Tienes una inmensa suerte, amigo Benjamín, de poder contar con el cariño de la cocinera de este manjar! El reto de la gastronomía chilena queda en el aire. De momento, de la mano de mis alumnos, tengo idea de algunos platillos bolivianos, ecuatorianos y paraguayos, principalmente; algunas madres me han hecho llegar sus platos que hemos compartido, degustado y comentado en la clase. Y, como habrás observado, todos los poemas gastronómicos son sonetos, estructura clásica y noble, para platos tradicionales y humildes.

Con un abrazo.

Salud.

Alonso de Molina escribió:aún con falta de ajo, como señala Ana, un soneto
pa' acompañarlo con un buen salmorejo y chuparse hasta las deo's


aplausos


.

Pues pongámonos a ello, amigo Alonso, que pa'eso tán los de'os... ¡y el salmorejo!
Gracias por tu saleroso comentario y los aplausos.
Salud.

Julio González Alonso escribió:


No tengo nada que objetar a tu pega, amiga Ana. En verdad que si el ajo se me escapó fue porque no tuve manera de meterlo en los estrechos catorce versos y las estrechas once sílabas del soneto, que -además- tienen que acentuar en 6ª y 10ª, como bien conoces, o en 4ª, 8ª y 10ª si el verso es sáfico. Y, además, conseguir la rima.

Bueno, ya sé que no es suficiente excusa para el arrinconado ajo; diré en descarga del autor, que este vate no puede, no sabe y no pretende especificar las recetas completas de cada plato, que pretende subrayar alguna de sus características, estimular el gusto por los platos sencillos, etc etc. Ya sé que tampoco sirve de pretexto para dejar a un lado al humilde y necesario ajo de nuestra mejor cocina. Pido perdón. Pido disculpas al ajo y los lectores. Espero que tú, amiga Ana, también me perdones.

Un abrazo ajoso.
Salud.

jajaj, osea que al final la culpa la tiene la métrica, jejjeje. Estás más que perdonado, Julio, porque la verdad es que agradezco que te olvidaras del ajo ( que sino después pica mucho...)
Creo que ya sabes que me encantan estas recetas culinarias que nos regalas en tus sonetos. Y en este caso, con ajo o sin él, el poema te queda sabrosísimo.

Un gusto, nunca mejor dicho, volver a pasar por este soneto.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Ana Villalobos Carballo escribió:

Julio González Alonso escribió:


No tengo nada que objetar a tu pega, amiga Ana. En verdad que si el ajo se me escapó fue porque no tuve manera de meterlo en los estrechos catorce versos y las estrechas once sílabas del soneto, que -además- tienen que acentuar en 6ª y 10ª, como bien conoces, o en 4ª, 8ª y 10ª si el verso es sáfico. Y, además, conseguir la rima.

Bueno, ya sé que no es suficiente excusa para el arrinconado ajo; diré en descarga del autor, que este vate no puede, no sabe y no pretende especificar las recetas completas de cada plato, que pretende subrayar alguna de sus características, estimular el gusto por los platos sencillos, etc etc. Ya sé que tampoco sirve de pretexto para dejar a un lado al humilde y necesario ajo de nuestra mejor cocina. Pido perdón. Pido disculpas al ajo y los lectores. Espero que tú, amiga Ana, también me perdones.

Un abrazo ajoso.
Salud.

jajaj, osea que al final la culpa la tiene la métrica, jejjeje. Estás más que perdonado, Julio, porque la verdad es que agradezco que te olvidaras del ajo ( que sino después pica mucho...)
Creo que ya sabes que me encantan estas recetas culinarias que nos regalas en tus sonetos. Y en este caso, con ajo o sin él, el poema te queda sabrosísimo.

Un gusto, nunca mejor dicho, volver a pasar por este soneto.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Gracias, Ana; me siento más tranquilizado con tu perdón. En estas cosas la opinión de las nativas cuenta mucho, así que sabiendo que te parece sabroso aún a falta de ajo ya me siento feliz. Gracias.
Salud.