Editorial Alaire

Marisa Peral escribió:

Alejandro Costa escribió:
Una lágrima que parte el corazón
es la llave a una tortura infernal,
el comienzo de una catarata que te quema el alma.


Y ahora,
cuando los días se esconden en el calendario,
recibo el golpe más mortal y despiadado
mientras las lágrimas queman las últimas imágenes de un hoy,
que grotescamente dispuso el desencanto final de mi vida…
… la soledad.

He dormido sobre cauces imposibles,
y aún se me hace inaguantable,
no ahogarme entre las lágrimas de tu ausencia.

No sé si podré aguantar los puntos suspensivos
que le restan a la vida…

Desgarradoramente emotivo y bien urdido este poema que duele, Alejandro, hace daño hasta en los puntos suspensivos.
Te felicito, amigo, y te envío un beso.

Infinitas gracias Marisa.

Me alegra saber que te ha gustado y has sentido en tus adentros toda la fuerza que puse en el escrito.

Un beso.

Jerónimo Muñoz escribió:¿Sabes? Los puntos suspensivos no son nunca tres, son muchísimos, sobre todo si uno lucha por mantenerlos en línea recta, siempre hacia adelante.
Sí, ya recuerdo aquello de Pessoa , “el poeta es un fingidor”. Espero que tú estés fingiendo en favor de la belleza. La belleza la has conseguido plenamente y, además, la emoción, que atrapa al lector desde el primer verso. Felicidades por esta creación.
Un abrazo.

Jerónimo

El poeta es un fingidor y un creador de sensaciones. Tenemos el gran don de convertir lo desagradable, lo doloroso, lo oscuro,
en algo que irradie sensación y belleza. Somos fingidores e imitadores de la vida y sus circunstancias.

Gracias por tu compromiso, Jerónimo.

Un abrazo.

Simon Abadia escribió:Un poema bien urdido y bello para una soledad interna , desgarradora, de donde te sale un gran poema.
Lo he disfrutado Alejandro.
Un abrazo

Y yo disfruto tus palabras y te agradezco el comentario.

Un abrazo. compañero.

J. J. Martínez Ferreiro escribió:Potentes versos, Alejandro.

Todo un placer de lectura.

Abrazos y salud.

El gran placer es mío por recibirte entre mis letras.

Gracias, amigo.

Un abrazo.

Encantado de leer este poema Alejandro; percibo un cariñoso esmero en la realización de cada uno de sus versos, los tiempo que van dando en su lectura la cuidadosa puntuación, la separación de cada grupo de versos que le dan una estética visual estupenda a la obra. Su contenido es magnifico y va describiendo ese dolor sublimado del poeta en la manifestación estética de su arte y talento. Puntos suspensivos mientras tanto. Un cordial saludo.

Alejandro,

me ha gustado este poema, amigo, me parece muy intenso y apasionado. La sensación de agotamiento emocional, de resumen de vida, está muy bien trasmitida, resulta creíble y asentible. Me gustan las palabras grandes que eliges, ambiciosas y potentes.

Un abrazo.

Indudablemente, nos encontramos frente a un gran poema, un poema "devastador" en el sentido de remover nuestras fibras íntimas de humanidad. Lo veo como un poema de pérdida, de desorientación existencial, de conciencia dislocada; y, te confieso, me ha llevado a recordar y rememorar la agonía de mi padre, las lágrimas que desprendió frente a mí cuando supo perdida su batalla por la vida. Estoy atrapado en una emoción enorme, admirando la fuerza emotiva de tu poema.
Es destacable también la potente fuerza de la forma, cómo hace que el poema crezca en interés y en calidad literaria. Aleluya.

Un abrazo grande.

Gustavo Cavicchia escribió:Encantado de leer este poema Alejandro; percibo un cariñoso esmero en la realización de cada uno de sus versos, los tiempo que van dando en su lectura la cuidadosa puntuación, la separación de cada grupo de versos que le dan una estética visual estupenda a la obra. Su contenido es magnifico y va describiendo ese dolor sublimado del poeta en la manifestación estética de su arte y talento. Puntos suspensivos mientras tanto. Un cordial saludo.

Me alegra saber que así ha sido.

La verdad, lo he comentado muchas veces, es que cuando escribo me transformo por complñeto y me meto tanto en el tema que me parece estar dentro de él, hasta tal punto que lo sufro dentro de mi.

Muchas gracias por el comentario y la visita.

Un abrazo.

Pablo Ibáñez escribió:Alejandro,

me ha gustado este poema, amigo, me parece muy intenso y apasionado. La sensación de agotamiento emocional, de resumen de vida, está muy bien trasmitida, resulta creíble y asentible. Me gustan las palabras grandes que eliges, ambiciosas y potentes.

Un abrazo.

Y me alegra muchísimo que un poeta al que tanto respeto tengo me dedique estas palabras.

Gracias de corazón.

Un fuerte abrazo.

Óscar Distéfano escribió:Indudablemente, nos encontramos frente a un gran poema, un poema "devastador" en el sentido de remover nuestras fibras íntimas de humanidad. Lo veo como un poema de pérdida, de desorientación existencial, de conciencia dislocada; y, te confieso, me ha llevado a recordar y rememorar la agonía de mi padre, las lágrimas que desprendió frente a mí cuando supo perdida su batalla por la vida. Estoy atrapado en una emoción enorme, admirando la fuerza emotiva de tu poema.
Es destacable también la potente fuerza de la forma, cómo hace que el poema crezca en interés y en calidad literaria. Aleluya.

Un abrazo grande.

No sé que decirte Oscar. Ante todo pido perdón por hacerte renacer ese momento tan doloroso y triste y por otro lado te agradezo de todo corazón el comentario que me dejas. Para mí y creo que muchos comparten mi opinión, eres uno de los grandes que escribe en este foro, y de veras te tengo un grandísimo respeto, por tanto este análisis me es notablemente importante.

Muchas gracias.

Un fuerte abrazo.

Alejandro Costa escribió: ↑Dom, 24 Ene 2021 22:49 Una lágrima que parte el corazón
es la llave a una tortura infernal,
el comienzo de una catarata que te quema el alma.

He dormido sobre cauces imposibles,
amarrado a las sombras de un sendero
escondido en rincones despiadados
que atemoriza hasta la última gota de sangre,
hasta el último aliento de una fatigada angustia.
He perdido el rumbo de una nave sin brújula,
quedando envuelto entre olas de una tormenta de dolor;
he negado hasta la última porción de oxígeno
que tanto me ha envenenado las venas;
he roto a reír de locura con la mirada clavada en el espejo,
he visto arrugarse la piel de este viejo
mientras he jugado una partida imposible
donde ganar siempre fue una utopía.

Y ahora,
cuando los días se esconden en el calendario,
recibo el golpe más mortal y despiadado
mientras las lágrimas queman las últimas imágenes de un hoy,
que grotescamente dispuso el desencanto final de mi vida…
… la soledad.

He dormido sobre cauces imposibles,
y aún se me hace inaguantable,
no ahogarme entre las lágrimas de tu ausencia.

No sé si podré aguantar los puntos suspensivos
que le restan a la vida…

Aguante, todo necesitamos aguante para llegar a este dia, del color que sea. Tu poema posee la belleza del rostro inescrutable de Sísifo. Posee los ojos humanos de todo lo inhumano que ocurre en el camino. Me alegra encontrar su belleza hoy. Abrazos, Alejandro. E. R. Aristy