Editorial Alaire

Ignacio Mincholed escribió:...


El agua de colonia en su pelo, su vestido recién planchado;
sus manos tan pequeñas y blandas como gomas de borrar
tomaban las mías más ásperas por el barro de los charcos.
Tenía que contarlo.
Una sensación me pedía una palabra, y luego otras y otras
para acompañar sus risas o sus enfados, el ruido de la tiza
sobre la pizarra, el sabor amargo del chocolate negro puro.

Lo he encontrado, mordido, con la mina roma
dentro de la caja de latón con el dibujo misterioso
de las fuentes de una alhambra con palmeras.
No he encontrado la hoja del cuaderno ni el verso.

Debí dejarlo clavado
en la corteza de un árbol, o hice con él un barco de papel,
o, tal vez, me atreví y lo puse en un bolsillo de su vestido.

...

Luis M. escribió:Al final va a resultar que el poeta de cercanías eres tú, con más oficio y lírica que yo, pero el caso es que me vas a robar el título .
Este es un poema muy bello, Ignacio, y sobre todo atractivo (un adjetivo aparentemente simple pero que personalmente considero superimportante en un poema). Todo él está bastante bien, (no decae en ningún momento), y el cierre, a pesar de ser un pelín "romanticón" es tan hermoso que hasta se perdona . Me gustó mucho, amigo. Mis felicitaciones y un fuerte abrazo.