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Fermosa a andaina polas largacías mareiras.J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Sab, 01 Ago 2020 19:09 A Pablo Ibáñez
La ventana expelida hacia delante persiguiendo los planos nítidos
donde sueñan los barcos; siervos de lo inasible.
La distancia es la forma, la mutación de los cantiles anónimos,
confusas periferias que van irisando el silencio.
En la distancia se dispersa justo la luz necesaria, la esencia justa para durar
sin la necesidad de más compañía que dos ojos grandes.
En la distancia, donde todo se puede acariciar
en un descomunal esfuerzo
que destiñe la estrella propia,
abdica la trascendencia y no se quiere la eternidad,
mientras un río asciende a lo más alto
y, como una cinta de plomo, azota el mar provocando su ira aterradora.
Sí, allá, donde el ángel se hace visible, donde el azul da la vuelta
y regresa con las gaviotas, en su salitre,
o mejor en sus chillidos precipitándose;
allá, donde otras ciudades aguardan,
donde otros circos despliegan sus fanfarrias..
He podido degustar el salitre; ver a las gaviotas precipitándose; perderme en la distancia, olvidar la trascendencia. Un hermoso simbolismo, muy pulido, donde queda retratado el poeta. Mi admiración, Ferreiro. Y mis felicitaciones, también al amigo Pablo, que inspira hermosos poemas.J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Sab, 01 Ago 2020 19:09 A Pablo Ibáñez
La ventana expelida hacia delante persiguiendo los planos nítidos
donde sueñan los barcos; siervos de lo inasible.
La distancia es la forma, la mutación de los cantiles anónimos,
confusas periferias que van irisando el silencio.
En la distancia se dispersa justo la luz necesaria, la esencia justa para durar
sin la necesidad de más compañía que dos ojos grandes.
En la distancia, donde todo se puede acariciar
en un descomunal esfuerzo
que destiñe la estrella propia,
abdica la trascendencia y no se quiere la eternidad,
mientras un río asciende a lo más alto
y, como una cinta de plomo, azota el mar
provocando su ira aterradora.
Sí, allá, donde el ángel se hace visible, donde el azul da la vuelta
y regresa con las gaviotas, en su salitre,
o mejor en sus chillidos precipitándose;
allá, donde otras ciudades aguardan,
donde otros circos despliegan sus fanfarrias..