Editorial Alaire

Ana Muela Sopeña escribió:Qué bueno, Ignacio:

Algo que pudo ser y no fue relatado con belleza y elegancia. La tristeza de lo no vivido.

Muy bello
Gracias
Ana

Concha Vidal escribió:Bueno, no sé qué decir del poema. Todo él me ha cautivado, en su serenidad desgranando las palabras he vivido en él, tú ( o el protagonista) vestido de cualquier manera, ella como inalcanzable criatura, pero tan terrena, tan preciosa leyendo un periódico sin noticias, las gaviotas incoloras (doy fé que normalmente sí lo tienen, me llevo muy bien con ellas) y especialmente las acacias.
Siempre me han gustado ellas, con sus miniflores blancas, me llevan a mi niñez y a los veranos.
Un abrazo mediterráneo siempre y gracias por compartir.

F. Enrique escribió:

Yo, vestido de cualquier manera, era aquel
que no se cruzó contigo
aquietado bajo la sombra triste de las acacias.

He ido leyendo tu poema lentamente, he comprendido que así es mi forma de leer, y he situado tu poema en uno de esos que hacen brotar la huella del recuerdo. He decidido ir a mi ya mencionado ritmo y he encontrado versos que hubiera querido recitar en una terraza, mientras los transeúntes dibujaban la calma de una portada de periódico en un día tan tranquilo que los sucesos se habían ido de vacaciones.

Un abrazo.

Marius Gabureanu escribió:Profundo poema que me ha encantado en su totalidad. Mis abrazos, Ignacio.

Ignacio Mincholed escribió:...

Recuerdo el día cuando casi nos conocimos,
tú viajabas al norte, yo buscaba en los mapas
las rutas de mis anhelos.
Tú vestías de blanco, yo de cualquier manera.

Me fijé en dos valles que morían en la costa
hacia una secreta bahía. Cerré los ojos y te vi
silueta de amanecida frente al cielo fabuloso
violeta y rojo punteado de gaviotas sin color.

Te vi en el café del pueblo, leías un periódico
sin noticias, sin alarmas, de letras menudas
igual que tus manos tostadas en luz de abril.

Te vi en la estación, brillaban las vías curvas
desnudas bajo el puente; en el reloj las doce
junto a la campana de plomo y los gorriones
bañándose de sol en las pizarras del tejado.

Yo, vestido de cualquier manera, era aquel
que no se cruzó contigo
aquietado bajo la sombra triste de las acacias.

...

José Manuel F. Febles escribió:Ignacio, querido compañero de versos, hoy tu poema me ha llevado al comienzo de lo que ha sido y sigue siendo el amor de mi vida, aunque ya en soledad. Me han hecho sentir de tal manera, que he necesitado un pequeño descanso para reponerme de mis angustias pasada y aún presentes. Gracias por dejar en mi alma estos versos, sencillos al parecer, pero inmensos en su decir. Esto es poesía.
Un cordial abrazo, desde la soledad de mi isla

José Manuel F. Febles

Ana Muela Sopeña escribió:Bellísimo, Ignacio:

Felicidades
Ana

Pilar Morte escribió:Muy hermoso poema de un amor que, quizás, pudo ser. Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

Ángeles Hernández escribió:Me ha gustado muchísimo. Ese amor que casi fue , descrito de una forma tan elegante pero a la vez conmovedora.
Un abrazo