Pilar Morte escribió:La papelera está llena,
abraza el desconsuelo de versos tibios de luz.
De mi mente salían ya cansados
después de recorrer el cráneo en busca de vida,
por eso nacían con el oído desafinado,
como un poema que se esforzó en ser mariposa
y se quedó en oruga sin ojos ni garganta.
A veces parece cercana pero es mutismo la plegaria de su sombra.
Ya no viste de gala,
teme mi incomprensión y la piense
en la lozanía que me vive en los días de luz
cuando despliega su celaje y me hace infinito.
La mente ahueca, sin triunfo, los tejados de la lluvia
mientras el cielo esconde su compasión.
Debería irme a dormir, pactar con lo real.
Si acaso, dejar la lámpara encendida
para que no se pierdan las musas
que olfatean en la ventana de las neuronas
y ayudan al corazón a salir del latido monocorde.
Sí, no insisto, ya sé que se apagaron los colores
y parece que no es ocasional este arco iris blanco y gris.
Tu ausencia
me hace volver a la realidad
del cántaro vacío y sin fuente
donde abrevan las yemas casaderas de mis manos.
No vamos a enfadarnos si ha llegado el tren
que recoge vagones de versos inservibles,
ya cerraste el ciclo
y te despides con el tren del adiós.
Los versos se hacen nada cuando es nada lo que escapa de las arterias.
Te felicito , estimada amiga, Pilar Morte, por este buen y reflexivo poema. Gracias, por compartir.
Un abrazo.
BEGOÑA.
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