Editorial Alaire

Hallie Hernández Alfaro escribió:Si, adhiero a los compañeros. Este poema es un compendio de sentir y hacer poético que hace temblar la estética del mundo.

Ya te habia comentado antes lo que produjo en mí, de nuevo y repitiéndome(lo sé)afirmo que es maravilloso.

Un besote

Hallie

Blanca Sandino escribió:Me ha gustado muchísimo. Yo, ya lo sabes, no entiendo mucho, pero creo que es el mejor poema que he leído de los que nos regalas. Me has dejado sobrecogida, Ramón, y con un poquito de tristeza.

Gracias. Muchas.

Blanca

Ramón Carballal escribió: Todavía las luces se están quemando en mis pupilas.
La noche de piedra me habla y estás tú, que ya no
eres pretérito sino un puente de marfil hacia la locura.
(...)

un golpe de tiniebla, miríadas de lágrimas cristalinas golpean tus mejillas,
qué miseria de jardines, qué dolor de preguntas si es la sangre
una moneda de garfios relucientes, y ese cuerpo anónimo tendido en la niebla,
y nosotros llorando, y esta mierda de azar que se vuelve oscuro
en la lengua.

Ana Villalobos Carballo escribió:Es un poema fuerte, muy fuerte, Ramón, con imágenes bellas e impactantes. Lo siento como algo realmente vivido por quien escribe y que aún quema, si es así no sólo el poema es una maravilla sino el que estés con nosotros.

Un beso que te llegue al corazón

Ana

Alonso de Molina escribió:el texto te atrapa hasta el último párrafo, centro del poema,
donde alcanza su máximo nivel lírico bien recreado
a través de imágenes altamente impactantes.



Ahí está nuestro coche, amor, subamos al ruido de dos cuerpos que se hieren,
abre tus párpados, muerde en el centro, en la espina dorsal de mis miedos,
condúceme al odio, dame vida, ¿qué pasa en los cristales?,
dragones mueven mis brazos, tú me preguntas por aquel sueño
que se levanta intacto en los labios, iremos al teatro, lo juro, como lobos
iremos, porque la vida real sólo quiere rosas de ceniza en las venas,
un golpe de tiniebla, miríadas de lágrimas cristalinas golpean tus mejillas,
qué miseria de jardines, qué dolor de preguntas si es la sangre
una moneda de garfios relucientes, y ese cuerpo anónimo tendido en la niebla,
y nosotros llorando, y esta mierda de azar que se vuelve oscuro
en la lengua.


Me alegro del reencuentro con tus textos, veo
que tu salud poética es envidiable, espero y deseo
que la otra salud esté mejor aún

te mando un abrazo

.

Martín Desormeaux escribió:En textos como éste es cuando el poema no es poema y se vuelve más poesía que nunca, donde ya definir el género es una mala costumbre y lo lírico, lo cotidiano nos estrella al intentar definir qué estamos leyendo. Nombrar algunas imágenes aisladas no sería hacerle justicia al todo, aunque sí creo -creo- que en el final se hace más potente, casi delirante.

Un gusto leerte, Ramón.

Saludos.

Martín Desormeaux.-

Alejandra Goerne escribió:Como Cristal es tu poema, exactamente como él. Punzante y traslúcido. Fragil y con el poder y la fuerza de una esquina que es capás de cortarlo y desgarrarlo todo...hasta el aliento. Cada vez que te leo, me quedo pensativa. Te envío un gran abrazo Ramón y toda mi admiración.

Ricardo Serna G escribió:Ramón Carballal,

Un poema que atrapa... Maravilloso


te felicito, querido amigo


Me quedo un rato a disfrutarlo


Un abrazo fuerte

carmen iglesia escribió:Yo Ya te lo dije... es un pedazo de poema, de los que estremecen y de los que se guardan para releer... Yo sí creo que es de lo mejor que te he leído y te he leído muchas cosas buenas...

Una gozada volver a él.

Besotes,

Carmen

Ana Clavero escribió:Pues eso, yo también te lo he dicho, eres un Maestro Ramón.

Un abrazo enorme

Bismark Estrada escribió:Me parece una narración poetica genial... sobre todo el inicio y el final... me parece que logras bien atraer al lector en una serie de iamgenes surreales y cierras de manera que me parece dosificada...

Me parece que es muy buen trabajo

Saludos

Bismark

Óscar Distéfano escribió:Qué poema, amigo. Qué derroche de imágenes trasmitiendo
las sensaciones del espíritu. Qué realidad descontrolada
se esconde detrás de esa cascada de versos descollantes.
Se me ocurre que este es un poema catártico, producto
de la más pura inspiración.

Mis aplausos.
Óscar