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Gracias Alejandra por ese mayúsculo disfrute de este poema.Alejandra Goerne escribió:Este Ferreiro, es un poema de antología. Cuánta fuerza sensual y sexual puede tener una libélula. Ya, que lo imagino, pequeño bichito de luz... que todo lo enciende!! PRECIOSO con mayúsculas. Un abrazo.
Gracias Ricardo por estar siemper ahí.Ricardo Serna G escribió:J. J. M. Ferreiro,
Que maravilla de poema, querido maestro
una obra de arte....
Lo felicito
Un abrazo fuerte
Gracias Oscar. Creo que llevas razón en tus sugerencias. Celebro tu disfrute en estos versos.Óscar Distéfano escribió:Realmente es un impactante poema que, con bellísimas metáforas, nos sugiere un mundo casi onírico. Muy logrado el cuadro. Te felicito.
Yo revisaría estos acentos. El poema se merece:
"¡Qué se tensen los arcos, qué se hiendan los bosques!"
Un abrazo.
Óscar
Gracias Pepa por tu paso y comentarios.Pepa Ortiz escribió:Magnífico J.J.M.Ferreiro!.
Abrazo
Gracias hermano Lobo por esa perspectiva que ofreces de mi trabajo poético.Francisco Lobo escribió:Que conste que el de los aullidos no soy yo. Después de tiempo sin leerte, noto un gran avance en tu poesía. Se ha "humanizado", ha girado un poco hacia la poesía de la experiencia sin dejar de tener ese deje tan tuyo de superrealismo. Magnífico poema. Un abrazo.
Gracias Ana por esa sinceridad emocionada que pones en esta lectura.Ana Muela Sopeña escribió:Fabuloso poema, J.J.
Preciosismo en el lenguaje, emoción, imágenes muy logradas.
Me ha encantado
Felicidades
Ana
Oh! Que maravilla! Fuerza emocional en esta cocreacion con la belleza misma. Tus imagenes son extraordinarias, poeta.J. J. M. Ferreiro escribió:Cuando la noche cae
se enciende el brío
de las ávidas flechas.
La luna y sus estratos de sábanas profundas
esparcen la ceniza de unos pechos deshojados
―persiguen la belleza
como a una misteriosa tempestad,
y tú eres la miel de las llagas
o el hongo luminoso que micelia la sangre.
¡Que se tensen los arcos!
¡Que se hiendan los bosques!
y gustemos del ámbar
que derraman los pinos.
Todo enmudecerá
mientras se electrifica el néctar,
mientras los manantiales
encorvan los relámpagos
y la sed de un aullido
desgarra tu metamorfosis.
Mi placer es el río ―su estallido de insectos
cuando un lazo de tu fragancia
anuda el resplandor de las libélulas.
En el acero de tus ojos
redobla una campana
subyugante en la luz de las aguas inmóviles.
Un excelente poema en toda la extensión de la palabra. He quedado complacida con su lectura.J. J. M. Ferreiro escribió:Cuando la noche cae
se enciende el brío
de las ávidas flechas.
La luna y sus estratos de sábanas profundas
esparcen la ceniza de unos pechos deshojados
―persiguen la belleza
como a una misteriosa tempestad,
y tú eres la miel de las llagas
o el hongo luminoso que micelia la sangre.
¡Que se tensen los arcos!
¡Que se hiendan los bosques!
y gustemos del ámbar
que derraman los pinos.
Todo enmudecerá
mientras se electrifica el néctar,
mientras los manantiales
encorvan los relámpagos
y la sed de un aullido
desgarra tu metamorfosis.
Mi placer es el río ―su estallido de insectos
cuando un lazo de tu fragancia
anuda el resplandor de las libélulas.
En el acero de tus ojos
redobla una campana
subyugante en la luz de las aguas inmóviles.