Publicado: Mar, 26 Ago 2008 14:56
Siempre serán bienvenidos aquí tus comentarios, Ernesto. Un abrazo.Ernesto perez escribió:Demasiado bueno para venir a comentarlo.
Sin embargo lo intenté.
Saludos.
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Siempre serán bienvenidos aquí tus comentarios, Ernesto. Un abrazo.Ernesto perez escribió:Demasiado bueno para venir a comentarlo.
Sin embargo lo intenté.
Saludos.
Muchas gracias, Gio, por tus amables palabras. Un fuerte abrazo.Giovanni Collazos escribió:Ramón, casi siempre me dejas sin palabras... que más puedo decir ante todo lo dicho?... nada.
Excelente poema... felicitaciones.
Un gran abrazo.
Gio.
Gracias por tu amable comentario, Rafael. Un abrazo.Rafel Calle escribió:Un hermoso poema, amigo Ramón.
La idea alegórica me parece magnífica, en verdad es muy novedosa.
En el desarrollo encuentro imágenes bellísimas.
En fin, ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Recibe un fuerte abrazo.
Siempre es interesante conocer la opinión de otros poetas. Probablemente tengas razón y no haya nada de Borges en este poema. Tampoco lo pretendía, la verdad. Un saludo.Alberto Batania escribió:No, no, yo no veo Borges, pues leo un poema despojado de referencias culturales, un poema que incurre, que se goza en el detalle de las cosas, un poema muy decantado que parte de una pregunta-palanca y se despliega como una persiana.
Grandes imágenes, de las cuales me parece inútil destacar alguna.
Un gran poema.
Abrazo.
Hasta pronto.
Gracias, Era, siempre es una alegría verte por aquí. Un fuerte abrazo.E. R. Aristy escribió:Nada material realmente llena. El despego es lo más difícil. Me parece extraordinario tu poema querido Ramón.Ramón Carballal escribió:
¿Qué es aquí lo necesario? No he sacado nada de los bolsillos,
ni sé medir el orden del punzón ni he comprado paredes de domingo.
Me puede mas el rostro que se encoge, los ojos perseguidos,
la voz que naufraga. Adelanto mi cuerpo sostenido por letras,
el dedo recorre la piel de las baratijas, la plata de las formas,
los anillos del coral. Tengo sombras que se deslizan por acuarios,
podría introducir la necesidad de un esqueleto o los labios
que asienten números. He mudado mi reloj, ahora soy el azabache
de los colmillos de avispa, en los pijamas rayados se masturban las estrellas,
te veo en mi espejo minúsculo, me dejas tu desnudez sin facturas,
el pincel que lloró amapolas. En la feria faltan los cómicos,
sus narices se prolongan como heridas, echo de menos una cruz esférica,
un títere de ojos grises, quizá el juego imposible del álgebra.
Te agradezco la visita y el comentario. Un abrazo, Ricardo.Ricardo Serna G escribió:Ramón Carballal,
Una feria de versos extraodinaria: imágenes, palabra exacta
y tema que nos atrapa...
te felicito, querido amigo
Un abrazo fuerte
Ramón Carballal escribió:
Me puede mas el rostro que se encoge, los ojos perseguidos,
la voz que naufraga. Adelanto mi cuerpo sostenido por letras,
el dedo recorre la piel de las baratijas, la plata de las formas,
los anillos del coral. Tengo sombras que se deslizan por acuarios,
podría introducir la necesidad de un esqueleto o los labios
que asienten números. He mudado mi reloj, ahora soy el azabache
de los colmillos de avispa,
(...)
En la feria faltan los cómicos,
sus narices se prolongan como heridas, echo de menos una cruz esférica,
un títere de ojos grises, quizá el juego imposible del álgebra.
Ramón Carballal escribió:
¿Qué es aquí lo necesario? No he sacado nada de los bolsillos,
ni sé medir el orden del punzón ni he comprado paredes de domingo.
Me puede mas el rostro que se encoge, los ojos perseguidos,
la voz que naufraga. Adelanto mi cuerpo sostenido por letras,
el dedo recorre la piel de las baratijas, la plata de las formas,
los anillos del coral. Tengo sombras que se deslizan por acuarios,
podría introducir la necesidad de un esqueleto o los labios
que asienten números. He mudado mi reloj, ahora soy el azabache
de los colmillos de avispa, en los pijamas rayados se masturban las estrellas,
te veo en mi espejo minúsculo, me dejas tu desnudez sin facturas,
el pincel que lloró amapolas. En la feria faltan los cómicos,
sus narices se prolongan como heridas, echo de menos una cruz esférica,
un títere de ojos grises, quizá el juego imposible del álgebra.
Ramón Carballal escribió:
¿Qué es aquí lo necesario? No he sacado nada de los bolsillos,
ni sé medir el orden del punzón ni he comprado paredes de domingo.
Me puede mas el rostro que se encoge, los ojos perseguidos,
la voz que naufraga. Adelanto mi cuerpo sostenido por letras,
el dedo recorre la piel de las baratijas, la plata de las formas,
los anillos del coral. Tengo sombras que se deslizan por acuarios,
podría introducir la necesidad de un esqueleto o los labios
que asienten números. He mudado mi reloj, ahora soy el azabache
de los colmillos de avispa, en los pijamas rayados se masturban las estrellas,
te veo en mi espejo minúsculo, me dejas tu desnudez sin facturas,
el pincel que lloró amapolas. En la feria faltan los cómicos,
sus narices se prolongan como heridas, echo de menos una cruz esférica,
un títere de ojos grises, quizá el juego imposible del álgebra.
Estoy en esa linea ahora, Carmen. Fijarme en lo mas cercano y tratar de hacer poesía con ello. Un beso, querida amiga.carmen iglesia escribió:Hacer poesía de lo cotidiano... eso consigues tú... Porque la belleza no está reñida con la realidad...
Un gusto regresar a este poema.
Besotes,
Carmen
jajaja..bueno, Blanca, lo que importa es que te haya gustado aunque no lo entendieras bien. Estoy en una fase un poco "surrealista"(será que la realidad no me atrae mucho), pero te diré que el poema surgió de una visita a las casetas de la feria de artesanía que hubo en Coruña. Un abrazo, amiga.Blanca Sandino escribió:"Tengo sombras que se deslizan por acuarios,
podría introducir la necesidad de un esqueleto o los labios
que asienten números. He mudado mi reloj, ahora soy el azabache
de los colmillos de avispa"
Jo, me encanta. Hay más, todo el poema se desborda. Me ha gustado mucho, aunque sinceramente no lo he entendido en la primera lectura, pero me ha gustado tanto, que desisto de entenderlo, me da igual, me he quedado con el títere de ojos grises y con el juego imposible del álgebra, (creo : ).
Blanca
Ramón Carballal escribió:
Me puede mas el rostro que se encoge, los ojos perseguidos,
la voz que naufraga. Adelanto mi cuerpo sostenido por letras,
el dedo recorre la piel de las baratijas, la plata de las formas,
los anillos del coral. Tengo sombras que se deslizan por acuarios,
podría introducir la necesidad de un esqueleto o los labios
que asienten números. He mudado mi reloj, ahora soy el azabache
de los colmillos de avispa,
(...)
En la feria faltan los cómicos,
sus narices se prolongan como heridas, echo de menos una cruz esférica,
un títere de ojos grises, quizá el juego imposible del álgebra.
Graciasa, querido amigo Orión. Tus palabras siempre son un estñimulo para mi. Un fuerte abrazo.eledendo escribió:Ramón Carballal escribió:
¿Qué es aquí lo necesario? No he sacado nada de los bolsillos,
ni sé medir el orden del punzón ni he comprado paredes de domingo.
Me puede mas el rostro que se encoge, los ojos perseguidos,
la voz que naufraga. Adelanto mi cuerpo sostenido por letras,
el dedo recorre la piel de las baratijas, la plata de las formas,
los anillos del coral. Tengo sombras que se deslizan por acuarios,
podría introducir la necesidad de un esqueleto o los labios
que asienten números. He mudado mi reloj, ahora soy el azabache
de los colmillos de avispa, en los pijamas rayados se masturban las estrellas,
te veo en mi espejo minúsculo, me dejas tu desnudez sin facturas,
el pincel que lloró amapolas. En la feria faltan los cómicos,
sus narices se prolongan como heridas, echo de menos una cruz esférica,
un títere de ojos grises, quizá el juego imposible del álgebra.
... Ramón, aunque una y otra vez digamos cosas parecidas para calificar lo que leemos, sin embargo nunca son las mismas: lo que ahora digo respecto a tus poemas, amigo, es que siempre son capaces de diseñar la realidad con un porcentaje de imaginación incuantificable e inexorable; mis felicitaciones;Orión
Ramón Carballal escribió:
¿Qué es aquí lo necesario? No he sacado nada de los bolsillos,
ni sé medir el orden del punzón ni he comprado paredes de domingo.
Me puede mas el rostro que se encoge, los ojos perseguidos,
la voz que naufraga. Adelanto mi cuerpo sostenido por letras,
el dedo recorre la piel de las baratijas, la plata de las formas,
los anillos del coral. Tengo sombras que se deslizan por acuarios,
podría introducir la necesidad de un esqueleto o los labios
que asienten números. He mudado mi reloj, ahora soy el azabache
de los colmillos de avispa, en los pijamas rayados se masturban las estrellas,
te veo en mi espejo minúsculo, me dejas tu desnudez sin facturas,
el pincel que lloró amapolas. En la feria faltan los cómicos,
sus narices se prolongan como heridas, echo de menos una cruz esférica,
un títere de ojos grises, quizá el juego imposible del álgebra.
Me alegra que te haya gustado, Óscar. Gracias por tu generoso comentario.Óscar Distéfano escribió:Ramón Carballal escribió:
¿Qué es aquí lo necesario? No he sacado nada de los bolsillos,
ni sé medir el orden del punzón ni he comprado paredes de domingo.
Me puede mas el rostro que se encoge, los ojos perseguidos,
la voz que naufraga. Adelanto mi cuerpo sostenido por letras,
el dedo recorre la piel de las baratijas, la plata de las formas,
los anillos del coral. Tengo sombras que se deslizan por acuarios,
podría introducir la necesidad de un esqueleto o los labios
que asienten números. He mudado mi reloj, ahora soy el azabache
de los colmillos de avispa, en los pijamas rayados se masturban las estrellas,
te veo en mi espejo minúsculo, me dejas tu desnudez sin facturas,
el pincel que lloró amapolas. En la feria faltan los cómicos,
sus narices se prolongan como heridas, echo de menos una cruz esférica,
un títere de ojos grises, quizá el juego imposible del álgebra.
A mí me resulta un poema fantástico, en el doble sentido de este adjetivo.
Es como un paseo onírico, mágico, donde el espíritu va desgranando sus
impresiones, a partir de la aprehensión de una realidad. Me llevó a esa emoción
de la niñez que sentí alguna vez al visitar ese mundo no menos fantástico
de los circos o de los mercados de pulgas.
Lo he disfrutado mucho, y admiro el enfoque muy original del poema.
Un abrazo.
Óscar