Editorial Alaire

Marisa Peral escribió:

Armilo Brotón escribió:
porque desde las doce hasta las doce,
sólo sea el poeta en sus ojos.

elPrior[/

Buen poema para tu regreso, del que me alegro.
Hay bares que son hogares, templos en los que refugiarse para encontrar inspiración y buenos amigos.
Saluditos, Armilo.

Marisa Peral escribió:

Armilo Brotón escribió:
porque desde las doce hasta las doce,
sólo sea el poeta en sus ojos.

elPrior[/

Buen poema para tu regreso, del que me alegro.
Hay bares que son hogares, templos en los que refugiarse para encontrar inspiración y buenos amigos.
Saluditos, Armilo.

Pablo Ibáñez escribió:Armilo,

una gran satisfacción volver a verte por estos lares, amigo. Aportas al foro una frescura y un descaro muy especial, muy necesario. Me sorprende siempre en tus poemas la inmediatez de la propuesta, la frescura y la originalidad, describes con riqueza de detalles ese ambiente canalla de los bares, de la noche, en este caso pasado por un tamiz flamenco que todavía le aporta más encanto.

Un abrazo.

Armilo Brotón escribió:La cintura deviene capital, verónica al tiempo,
cueva flamenca:
huele amargo el aldehído de la locura
y el queso a membrillo con Camarón;
un cante que adorna el nuestro,
reventamos, hasta morir, el filo animal.

Que la arcilla sea popa de Willendorf
es materia plástica:
grito que el pecho dobla de coraje;
vestido el azul verde, como las caderas
atan las manos al pluscuamperfecto del blanco,
sin otra estrofa que los aciertos de tu lengua.

Todo lo que azar es mujer, y gozarlo:
el almíbar de la guitarra,
los faralaes;
los labios que deslizan albero sobre el pan.

Desde los dedos hasta el clavel,
desde la rueca hasta el destino, el lodo es un arpegio
para renacer amando.

Hoy,
la mañana parece una locura de cigarra con seis cuerdas
como el tomate,
que inyecta oliva
a nuestros labios imperfectos:
la pureza al instante que se va.

Es un milagro cada día y cada noche.
Tomo el primer vino
e irremediablemente es la hora del ángelus.
¡Por Millet! François, Kiko, como tú haces
porque La Salvación sea más certera.
Y brindo
-con el recogimiento profundo de las horas-,
por cada instante
en el bar de don Francisco, nuestro refugio;
porque usted siga fabricando vida,
porque hasta las doce desde las doce,
la poesía es una lengua de tinto.

elPrior