Editorial Alaire

Magnífico, como siempre. Un toque reflexivo nos mueve a la emoción de sentir la edad y la vida, pero hay un poso de plenitud y felicidad en ese temblor infantil que nos pone frente a frente, sin esconder ni ignorar las arrugas ni la mirada cansada. Te mueves de maravilla en el ritmo acentual y la siempre oportuna y acertada elección de la palabra justa y bella. Un placer que, por fortuna, seguirás regalándonos. Mi abrazo.
Salud.

Muy bien esta naturalidad de tu poema, José Manuel. Felicidades.

Un abrazo.
Ignacio

De nuevo gracias por los comentarios, amigos.
J. Manuel

Un poema que resulta un canto, doloroso, por cierto, pero muy humano, muy real. Me gusta el ritmo. Mis aplausos.

Un abrazo.
Óscar

Excelente José Manuel, cada década un hito que nos hace temblar por distintas razones,
aquí, donde no tenemos otoños, temblamos igual sin el pretexto del frio. Un cálido abrazo amigo.