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Gracias, compañero,por apoyar estos cuatro versosMarius Gabureanu escribió:Me ha encantado Rosario, lo que evoca tu poema, y ya en ese estilo tuyo, como dejando entender que el cierre no es el cierre del poema sino del momento cuando el deshago hizo su trabajo, es decir, es un poema a modo confesión que ofrece alivio, y ha de seguir. Mis abrazos sinceros.
Gracias, Guillermo,qué bien le sienta tus visitas a mi espalda,Guillermo Cumar escribió:Si la insensatez dura igual que el suspiro de la brisa, date por ganada. Yo ando por aquí jodido de las lumbares.
No dejes caer la espalda para que sufra. Entregada estas en el rincón de lo cocreto. Si hyo supiera sacar provecho...
Un aplauso y un abrazo.
Muchas gracias, Rafel, por tu gran apoyo.Rafel Calle escribió:Un hermoso trabajo, amiga Rosario, que muestra lo mejor de tu estilo.
Felicidades, compañera.
Abrazos.
Lo malo de los sillones es que te levantas echo polvo y no vuelves a aprender a andar hasta los quince pasos... al menos eso me pasa a mí... que hasta para teclear en el portatil me desacomodo en una silla, con reposa codos.Rosario Martín escribió:Puedo decirte que cuando el día se tuerce
busco un momento relajación,
adopto una postura de pensador
y escribo un poema arcoíris , para renovar el espíritu,
pero te mentiría.
Yo, cuando voy al rincón de lo concreto,
me dejo caer hasta el fondo del problema;
apoyo los codos en las rodillas,
me tapo los ojos , el bueno y el malo,
y maldigo al puto sillón
que ha jodido mi espalda...
Hiciste bien en negarte tres veces,
siempre fuiste dos pasos por delante
y yo me quedé a verlas venir...
El tiempo de suave brisa duró un suspiro,
cincuenta y siete vueltas
y aún sigo perdida...
Rosario Martín
El fondo del problema está muy bien definido, Rosario, con temple y valentía. Aceptar lo complicado de la vida no es sencillo. Los naufragios no sólo ocurren en el mar, que -a veces- también nos dejan hundidos en los sillones. Tu estilo resulta ser muy personal, sugerente y adaptado al tema como un buen guante a una mano inteligente. Enhorabuena.Rosario Martín escribió: Puedo decirte que cuando el día se tuerce
busco un momento relajación,
adopto una postura de pensador
y escribo un poema arcoíris , para renovar el espíritu,
pero te mentiría.
Yo, cuando voy al rincón de lo concreto,
me dejo caer hasta el fondo del problema;
apoyo los codos en las rodillas,
me tapo los ojos , el bueno y el malo,
y maldigo al puto sillón
que ha jodido mi espalda...
Hiciste bien en negarte tres veces,
siempre fuiste dos pasos por delante
y yo me quedé a verlas venir...
El tiempo de suave brisa duró un suspiro,
cincuenta y siete vueltas
y aún sigo perdida...
Rosario Martín
Así es, compañera,la brisa desaparece en un abrir y cerrar de ojosRosa Marzal escribió:El tiempo de la brisa tiene la mala costumbre de fugarse como si fuera un suspiro.
Excelente poema, compañera.
Abrazos.
