Editorial Alaire

A. Satír escribió:

Ara López escribió:

A. Satír escribió:Muy buen poema compañera, es increíble como se unen los sentimientos, tengo un poema que habla de lo mismo, incluso se titula de la misma forma! wow! Un gran abrazo!

Satír.

Hola... ¿En serio habla de lo mismo e inclusive tienen el mismo nombre? Eso nunca me había pasado. ¿Podría leerlo? Ahora me dio mucha curiosidad.

Me alegra que el mío te haya gustado jajajaja

¡Un abrazo!

Si, mira acá te lo dejo ya que no lo encontré en la página. Saludos!!.

Casa vacía
Se fueron las rosas de la jardinera,
se fueron dejando las espinas.
Ya no cuelga un gato sobre la techumbre,
ha caído un maullido largo
como la escarcha rendida en la cerámica,
ha quedado resonando un eco
en la paredes descolgadas.
Ahí estaban las fotografías
que guardaban los suspiros del tiempo,
ahí donde las viejas lámparas
alejaban con sus manos la oscuridad.
Acá las copas asomaban su ola sonora,
ya no están las bocas para beberlas,
ni las manos para guardarlas,
aquí todo ha quedado en blanco;
el paisaje de patos salvajes,
el tragaluz solitario del cuarto,
la escalera cansada de tanto subir,
los brindis nocturnos,
se fueron los bailes y la música,
donde se rió tantas veces
solo había un gran vacío,
más que un vacío un silencio,
el corazón de una casa vacía.

J. J. Martínez Ferreiro escribió:Precioso, amiga Ara. Tienes una forma de poetizar muy profunda y sensible. Llegas con unas cuantas ideas y las palabras precisas que las expresan muy adentro de la experiencia colectiva de la nostalgia.

Todo un placer de lectura, querida amiga.

Un bico.

Ara López escribió:Los pasos resonaban como un reclamo melancólico.
Se podían percibir las historias de los muebles ausentes,
una suerte de desdoblamiento elocuente
que se dejaba advertir a través de las invisibles formas,
como si las sombras también pesaran.
¡Cuán fantasmal se veía la casa vacía!

El espectro de la felicidad pasó… y me ericé.
Nosotros, riendo sin sonido.
Haciendo el amor en la sala.
Mirándonos como dos desconocidos.
Nosotros. Infelices y fugaces.

La desnudez de las paredes reclamaban sus memorias,
la ausencia de color y los momentos pausados
que alguna vez las vistieron con galantería y orgullo.
Ahora, sólo se posan sobre ellas una mirada indiferente
y una araña aplastada.

¡Cuán espeluznante ver los escombros de lo amado
vulnerados sin misericordia por la apatía del tiempo!

El recordatorio doloroso de lo que albergó,
el eco entristecido de las sonrisas viajeras,
el recuerdo andante de lo que una vez fuimos.
La casa no era fantasmal, el espectro… soy yo.

Alonso Vicent escribió:

Ara López escribió:Los pasos resonaban como un reclamo melancólico.
Se podían percibir las historias de los muebles ausentes,
una suerte de desdoblamiento elocuente
que se dejaba advertir a través de las invisibles formas,
como si las sombras también pesaran.
¡Cuán fantasmal se veía la casa vacía!

El espectro de la felicidad pasó… y me ericé.
Nosotros, riendo sin sonido.
Haciendo el amor en la sala.
Mirándonos como dos desconocidos.
Nosotros. Infelices y fugaces.

La desnudez de las paredes reclamaban sus memorias,
la ausencia de color y los momentos pausados
que alguna vez las vistieron con galantería y orgullo.
Ahora, sólo se posan sobre ellas una mirada indiferente
y una araña aplastada.

¡Cuán espeluznante ver los escombros de lo amado
vulnerados sin misericordia por la apatía del tiempo!

El recordatorio doloroso de lo que albergó,
el eco entristecido de las sonrisas viajeras,
el recuerdo andante de lo que una vez fuimos.
La casa no era fantasmal, el espectro… soy yo.

Aunque con temor, no puedo resistirme a entrar en una casa vacía e imaginar la vida que la habitó. Cuánta memoria perdida.
Un saludo y encantado de leer este poema.

Marisa Peral escribió:

Ara López escribió:
Ara, yo os dejé mi casa abandonada pero no dije nada de esta casa vacía y sobrecogeroda y he disfrutado de la lectura.
Felicidades por el poema.
Un abrazo

Ara López escribió:Los pasos resonaban como un reclamo melancólico.
Se podían percibir las historias de los muebles ausentes,
una suerte de desdoblamiento elocuente
que se dejaba advertir a través de las invisibles formas,
como si las sombras también pesaran.
¡Cuán fantasmal se veía la casa vacía!

El espectro de la felicidad pasó… y me ericé.
Nosotros, riendo sin sonido.
Haciendo el amor en la sala.
Mirándonos como dos desconocidos.
Nosotros. Infelices y fugaces.

La desnudez de las paredes reclamaban sus memorias,
la ausencia de color y los momentos pausados
que alguna vez las vistieron con galantería y orgullo.
Ahora, sólo se posan sobre ellas una mirada indiferente
y una araña aplastada.

¡Cuán espeluznante ver los escombros de lo amado
vulnerados sin misericordia por la apatía del tiempo!

El recordatorio doloroso de lo que albergó,
el eco entristecido de las sonrisas viajeras,
el recuerdo andante de lo que una vez fuimos.
La casa no era fantasmal, el espectro… soy yo.

E. R. Aristy escribió:

Ara López escribió:Los pasos resonaban como un reclamo melancólico.
Se podían percibir las historias de los muebles ausentes,
una suerte de desdoblamiento elocuente
que se dejaba advertir a través de las invisibles formas,
como si las sombras también pesaran.
¡Cuán fantasmal se veía la casa vacía!

El espectro de la felicidad pasó… y me ericé.
Nosotros, riendo sin sonido.
Haciendo el amor en la sala.
Mirándonos como dos desconocidos.
Nosotros. Infelices y fugaces.

La desnudez de las paredes reclamaban sus memorias,
la ausencia de color y los momentos pausados
que alguna vez las vistieron con galantería y orgullo.
Ahora, sólo se posan sobre ellas una mirada indiferente
y una araña aplastada.

¡Cuán espeluznante ver los escombros de lo amado
vulnerados sin misericordia por la apatía del tiempo!

El recordatorio doloroso de lo que albergó,
el eco entristecido de las sonrisas viajeras,
el recuerdo andante de lo que una vez fuimos.
La casa no era fantasmal, el espectro… soy yo.

Wow, Ara, me ha prendido tu ca[acidad descriptiva en la abstracción. Tus talentos son muchos. Impactante y bello poema! ERA

Rafel Calle escribió:Hermoso e interesante poema, amiga Ara.
Abrazos.