Editorial Alaire

Mirta Elena Tessio escribió:

Alonso Vicent escribió:Alguien, una vez, me dijo que vivir mata
y le creí a pies juntillas.
Es más, me dije, ¡cuánta razón
en tan pocas palabras,
cuánta ironía!
Fue otro alguien quien me comentó,
y era otro día,
que ya está muerto quien no vive
ni arriesga su piel
en esta vida.
Otros “álguienes”, otras veces,
me dijeron,
pero ya no me acuerdo;
resté importancia a las palabras,
había tomado partido,
estaba viviendo.
Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Tu poema me pone triste, porque tu sabes como pienso, la vida es regalo,
y esta en nosotros como la vivamos. Tu que eres medio ermitaño viven en medio
de la naturaleza que te habla entre el canto de los pájaros allá en tu sierra.
Te abrazo querido amigo.-

Silvia Savall escribió:

Alonso Vicent escribió:Alguien, una vez, me dijo que vivir mata
y le creí a pies juntillas.
Es más, me dije, ¡cuánta razón
en tan pocas palabras,
cuánta ironía!
Fue otro alguien quien me comentó,
y era otro día,
que ya está muerto quien no vive
ni arriesga su piel
en esta vida.
Otros “álguienes”, otras veces,
me dijeron,
pero ya no me acuerdo;
resté importancia a las palabras,
había tomado partido,
estaba viviendo.
Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Qué buena obra literaria compañero. Pero vive que nos quedan muchas charlas.
Besets perla.

Alonso Vicent escribió:Alguien, una vez, me dijo que vivir mata
y le creí a pies juntillas.
Es más, me dije, ¡cuánta razón
en tan pocas palabras,
cuánta ironía!
Fue otro alguien quien me comentó,
y era otro día,
que ya está muerto quien no vive
ni arriesga su piel
en esta vida.
Otros “álguienes”, otras veces,
me dijeron,
pero ya no me acuerdo;
resté importancia a las palabras,
había tomado partido,
estaba viviendo.
Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Mirta Elena Tessio escribió:

Alonso Vicent escribió:Alguien, una vez, me dijo que vivir mata
y le creí a pies juntillas.
Es más, me dije, ¡cuánta razón
en tan pocas palabras,
cuánta ironía!
Fue otro alguien quien me comentó,
y era otro día,
que ya está muerto quien no vive
ni arriesga su piel
en esta vida.
Otros “álguienes”, otras veces,
me dijeron,
pero ya no me acuerdo;
resté importancia a las palabras,
había tomado partido,
estaba viviendo.
Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Yo voy solo por una manta porque tengo frío.
No deberíamos tomar lo que nos dicen, cada uno tiene su propio camino, su propio lenguaje, su propia canción.
Morimos todos los días un poquito de cosas viejas y volvemos a nacer en otras nuevas.
Tú Vincent eres un personaje de altas montañas de árboles y frutales, ¡ Mira que hermosa es tu vida! No te prives de esos mensajes
de la naturaleza. Sí, y escucha a la lluvia los pájaros y la tierra, sin duda ellas no se equivocan.Un grande y fuerte abrazo amigo mío.-

Alonso Vicent escribió:


Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Alonso Vicent escribió:Alguien, una vez, me dijo que vivir mata
y le creí a pies juntillas.
Es más, me dije, ¡cuánta razón
en tan pocas palabras,
cuánta ironía!
Fue otro alguien quien me comentó,
y era otro día,
que ya está muerto quien no vive
ni arriesga su piel
en esta vida.
Otros “álguienes”, otras veces,
me dijeron,
pero ya no me acuerdo;
resté importancia a las palabras,
había tomado partido,
estaba viviendo.
Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Alonso Vicent escribió:

Rosario Martín escribió:

Alonso Vicent escribió:Alguien, una vez, me dijo que vivir mata
y le creí a pies juntillas.
Es más, me dije, ¡cuánta razón
en tan pocas palabras,
cuánta ironía!
Fue otro alguien quien me comentó,
y era otro día,
que ya está muerto quien no vive
ni arriesga su piel
en esta vida.
Otros “álguienes”, otras veces,
me dijeron,
pero ya no me acuerdo;
resté importancia a las palabras,
había tomado partido,
estaba viviendo.
Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Qué buen poema, Alonso,voy por un café...

Qué complicado es esto de la vida y sin embargo
qué hermosa oportunidad de hacer el camino
y acabar(más tarde o más temprano)
allá donde nos espera la nada
o donde se acumule la materia
de una futura estrella.
La esperanza de vida es cada día mayor
y tenemos muchos más años que nuestros antecesores
para sufrir los efectos secundarios del envejecimiento
y envejecer en una sociedad como la nuestra,
casi siempre , significa invisibilidad.
A veces, algunas veces,somos importantes
para alguien o para algo y sólo así es posible
que las arrugas y el pastillero no pesen tanto...
Llegamos desnudos ,sin nada
y con un llanto que es un arranque de vida,
lástima que por el camino se nos vaya olvidando...
Me puse a escribir y me dejé llevar, compañero,
es lo bueno que tiene sentir al amigo
aunque nos separe medio mapa.
Un abrazo, amigo entero,desde la puesta de sol.

Venga ese café, que lo compartimos.
Ahí andan los caminos,
para seguirlos o no,
y las estrellas como una lejana esperanza
con fecha de caducidad.
Llegamos llorando
y nos iremos
ahogando una lagrima...
simplemente,
para no dar por saco.
Pasé de los pastilleros cuando era joven,;
supongo que no podré hacer lo mismo
cuando los caminos y las venas se estrechen.
Pero desnudo, siempre que se puede,
para no sentir vergüenza alguna.
Oye, ese café que trajiste obra milagros; seguro que le añadiste un buen revulsivo, je je... para dejarse llevar.
Un beso, amiga entera, y sin perderte de vista, DE VISTA.

Marisa Peral escribió:

Alonso Vicent escribió:


Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Muy buen poema Alonso, aquí seguiremos viviendo, sobre todo, hasta el final de nuestras historias que yo espero que sean estupendas.
Un gusto leerte.
Abrazo grande.

José Manuel F. Febles escribió:Ha sido un placer leer tu excelente poema. Mi felicitación.
Dese mi isla, un cordial saludo.

José Manuel F. Febles

E. R. Aristy escribió:

Alonso Vicent escribió:Alguien, una vez, me dijo que vivir mata
y le creí a pies juntillas.
Es más, me dije, ¡cuánta razón
en tan pocas palabras,
cuánta ironía!
Fue otro alguien quien me comentó,
y era otro día,
que ya está muerto quien no vive
ni arriesga su piel
en esta vida.
Otros “álguienes”, otras veces,
me dijeron,
pero ya no me acuerdo;
resté importancia a las palabras,
había tomado partido,
estaba viviendo.
Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Tu poema me recuerda el concepto de 'La supervivencia del más apto". Quizá todo ese pujilato en muchos niveles pueda rechazarse cuando ya no se quieran las mismas cosas. Un poema lúcido e interesante. ERA

J. J. Martínez Ferreiro escribió:Una muy interesante reflexión ofrecida en una forma poética muy bien construída.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo.