Editorial Alaire

Carmen Pla escribió:
Recuerdo el primer día y el optimismo
de bailar por el camino de la palabra.
Sin reprimir el impulso
de ponerme ante el espejo
y sacarme la lengua.
Era la levedad de entrar
y salir a lo hiperbólico.

Cada día un viaje inimitable
de hundir el vientre
y espirar saliendo de un oboe.
Cada día un paisaje expresado con la lengua
y la mirada hasta la pluma
que pierde su traje.
Con hendidura y hojas variopintas
de cada truco inaccesible, de cada estrofa
olfateada al olor del lunes
y alargando el martes hasta el miércoles
de azúcar de caña frágil.

El jueves era pez y nube
alegre y pasajero,
para escribir un viernes cansado
y tímido en un sábado
dominguero desde el piso más alto.
Con la buena luz de un ídolo, demonio
o fantasma de doce a seis sin interrumpir.
Y seguir oyendo el tintineo
de un cristal sin romperse

Carmen Pla escribió:
El jueves era pez y nube
alegre y pasajero,
para escribir un viernes cansado
y tímido en un sábado
dominguero desde el piso más alto.
Con la buena luz de un ídolo, demonio
o fantasma de doce a seis sin interrumpir.
Y seguir oyendo el tintineo
de un cristal sin romperse