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Gracias, querido amigo, por pasar y dejar tu valiosa huella.Ramón Carballal escribió:Hermoso final para un poema que reflexiona sobre la propia existencia y el deseo de ser. Un buen trabajo como todos los tuyos. Besos.
Gracias, querida amiga. Me alegra tu presencia y gratas palabras. Besos .Carmen Pla escribió:Precioso, Pilar.
Me gustan las fértiles consignas de tus versos y un final muy acertado.
Un placer de lectura.
Besos.
Gracias, querido amigo, por dejar tu grata palabra.Víctor F. Mallada escribió:Me encanta, maña, leer tus cosas y hoy me encuentro con este "anduve siempre a diez centímetros del suelo", bien cortado, con los apoyos justos y que marca el tempo del poema.
Un gustazo leerte.
Víctor
Gracias, Carmen, por venir y dejar tu amable huella.carmen Parra escribió:Me encant´´o Pilar pasear tus versos, metáforas deliciosas poeta
Un abrazo
Carmen
Gracias, Mirta por estar con tu amable palabraMirta Elena Tessio escribió:Pilar Morte escribió:Anduve siempre a diez centímetros del suelo;
las huellas dejaban en el aire una estela soñadora
que me separaban de seres reales.
Quise volar con aviones de papel ,
con pilotos que me ofrecían paisajes de cimas luminosas.
Me alejé y regresé al origen
con el avión maltrecho y el deseo
en nuevo intento.
Sí, a diez centímetros del suelo
con la sensación de hundir los pies
en raíces profundas.
Liviano pudo ser el camino,
sencillo si las piezas del ajedrez de la vida
se hubieran ajustado a la energía
de los gestos.
No sé cuando
empecé a bostezar
en el teatro que me ofrecían,
ni cuando se dormían los actores
o equivocaban los hilos
de un entramado desgastado.
Pasó el tiempo de las catedrales,
y bailó mi mente como un derviche
a punto de desmayo, ese segundo donde el miedo
hace sucumbir o resucitar los cementerios,
y la inacción envuelve en niebla las madrugadas.
A diez centímetros del suelo
jugué con la esperanza, hice fértiles los latidos
y puse la sangre al servicio de la armonía.
Siempre a esa distancia busqué la senda
de la luz hasta que oscureció.
A ras de tierra miro al futuro
e intento regar los árboles
que conservan la vida.
Hola Pilar, me ha gustado tu avión de papel, y estar a 10 cm. de la tierra, ya casi tienes los pies sobre ella.
No puedo decirte más de lo que te han dicho ya. La última estrofa me pareció esperanzadora.
Un abrazo.
Gracias, Roland, por venir y dejar tu amable huella.Ronald Bonilla escribió:Hermosa metáfora que remite a la infancia para significar esa pérdida de sentido, que a veces tiene la vida, pero que el poeta siempre restaura en la búsqueda de belleza y verdad. abrazos
Gracias, querida amiga, por tus gratas palabras. Me alegra que te haya gustado el poema.Cecilia Martos escribió:Solemos ir por la vida a esos diez centímetros que aunque no son muchos marcan la diferencia, hermoso y entrañable poema, como siempre un placer, me ha encantado, un fuerte abrazo querida Pilar, gracias por compartirlo.
Cecilia
Enorme el poema, Pilar, por su sencillez, por su cercanía, por todo el aura bienhadado del hechizo que desprende . Gracias por tu latido.Pilar Morte escribió:Anduve siempre a diez centímetros del suelo;
las huellas dejaban en el aire una estela soñadora
crepitando como un juego de niños.
Quise volar con aviones de papel ,
con pilotos que me ofrecían paisajes de cimas luminosas.
Me alejé y regresé al origen
con el avión maltrecho y el deseo
en nuevo intento.
Sí, a diez centímetros del suelo
con la sensación de hundir los pies
en raíces profundas.
Liviano pudo ser el camino,
sencillo si las piezas del ajedrez de la vida
se hubieran ajustado a la energía
de los gestos.
No sé cuando
empecé a bostezar
en el teatro que me ofrecían,
ni cuando se dormían los actores
o equivocaban los hilos
de un entramado desgastado.
Pasó el tiempo de las catedrales,
y bailó mi mente como un derviche
a punto de desmayo, ese segundo donde el miedo
hace sucumbir o resucitar los cementerios,
y la inacción envuelve en niebla las madrugadas.
A diez centímetros del suelo
jugué con la esperanza, hice fértiles los latidos
y puse la sangre al servicio de la armonía.
Siempre a esa distancia busqué la senda
de la luz hasta que oscureció.
A ras de tierra miro al futuro
e intento regar los árboles
que conservan la vida.