La Editorial Alaire, auspiciada por la Academia de Poesía Alaire, pone gratuitamente a disposición de sus foristas registrados, varios foros de poesía, prosa literaria, debates…, para que puedan publicar sus obras e interactuar entre ellos, así como, la tienda de libros donde se muestran las publicaciones, tanto en papel como en formato digital, estos mediante descarga gratuita. La razón de ser de nuestros foros se centra en promocionar la poesía, mediante las obras de los autores que participan en la plataforma de la Academia de Poesía Alaire. La promoción de la poesía, a nivel del mundo de habla hispana, conlleva una enorme responsabilidad, por ello, pedimos la máxima implicación de todos los miembros de Alaire. Vale recordar al gran maestro Dumas: uno para todos y todos para uno. Muchas gracias por todo, queridos compañeros.
Ramón Carballal escribió:Nunca creí que tu adolescencia
fuera geometría, la areola circular,
el triángulo imberbe, el sexo volátil
igual que un nido de mariposas.
Me olvidaste después del asombro,
te olvidé en una mañana de lluvia y cafés,
tras un horóscopo donde leí
que no éramos canción
ni voz neutra
ni suburbio.
Al soñar la urdimbre de unos hilos
que apenas dibujamos
lloré,
lejos de la ciudad de increíble magnitud
tú jugabas en el parque a rotular la silueta
de un cuadro múltiple,
llegué con mi paraguas de flores
y vi tus rodillas escribir sobre la grava un signo;
y ningún pájaro, ninguna sonrisa
en los líquenes que cubrían mis huellas
de transeúnte lúcido .
Y comprendí que la cordura es un difuso paréntesis,
el recuerdo un fósil o tumor
que grita poseído de nieve,
a menudo, ahíto de sol.
Pensé en tus manos, manos de ejércitos invencibles,
manos amputadas, manos sin índice,
pensé en el desdén de una ceja
bajo aquel Madrid invernal,
pensé en el autobús que el azar escogió para el adiós y la renuncia,
en las medias que se ajustaban
al arco perfecto de tus corvas,
pensé en la mampara que desdobló tu cuerpo
angustiosamente eterno
al explorar la efímera insensatez de la noche.
Mujeres que vibran con el ajuar de los desnudos en un caleidoscopio azul.
Mi rostro que, al mirarlas, escucha el crujido de unas hélices de alambre
ya caídas en la fría finitud del paraíso.
No se que decir, sin duda los hombres tienen mas herramientas para definir el amor en la adolescencia de una mujer.
En sus propios sentires, Tu poema está poblado de metáforas, muy subjetivas por cierto, me quedo con la primera estrofa.
Sin desmerecer todo lo demás.
La adolescencia, de adolescer, como que nos falta algo.Yo puedo hablarte de la mía solitaria y triste desde el recuerdo. Pero algo bueno
habrá pasado ya que mis escritos siempre hablan del amor y de las flores.
Que tengas un lindo día desde mi Argentina fría en invierno.-
Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
Francisco Luis Bernárdez
Ramón Carballal escribió:Nunca creí que tu adolescencia
fuera geometría, la areola circular,
el triángulo imberbe, el sexo volátil
igual que un nido de mariposas.
Me olvidaste después del asombro,
te olvidé en una mañana de lluvia y cafés,
tras un horóscopo donde leí
que no éramos canción
ni voz neutra
ni suburbio.
Al soñar la urdimbre de unos hilos
que apenas dibujamos
lloré,
lejos de la ciudad de increíble magnitud
tú jugabas en el parque a rotular la silueta
de un cuadro múltiple,
llegué con mi paraguas de flores
y vi tus rodillas escribir sobre la grava un signo;
y ningún pájaro, ninguna sonrisa
en los líquenes que cubrían mis huellas
de transeúnte lúcido .
Y comprendí que la cordura es un difuso paréntesis,
el recuerdo un fósil o tumor
que grita poseído de nieve,
a menudo, ahíto de sol.
Pensé en tus manos, manos de ejércitos invencibles,
manos amputadas, manos sin índice,
pensé en el desdén de una ceja
bajo aquel Madrid invernal,
pensé en el autobús que el azar escogió para el adiós y la renuncia,
en las medias que se ajustaban
al arco perfecto de tus corvas,
pensé en la mampara que desdobló tu cuerpo
angustiosamente eterno
al explorar la efímera insensatez de la noche.
Mujeres que vibran con el ajuar de los desnudos en un caleidoscopio azul.
Mi rostro que, al mirarlas, escucha el crujido de unas hélices de alambre
ya caídas en la fría finitud del paraíso.
No se que decir, sin duda los hombres tienen mas herramientas para definir el amor en la adolescencia de una mujer.
En sus propios sentires, Tu poema está poblado de metáforas, muy subjetivas por cierto, me quedo con la primera estrofa.
Sin desmerecer todo lo demás.
La adolescencia, de adolescer, como que nos falta algo.Yo puedo hablarte de la mía solitaria y triste desde el recuerdo. Pero algo bueno
habrá pasado ya que mis escritos siempre hablan del amor y de las flores.
Que tengas un lindo día desde mi Argentina fría en invierno.-
Gracias, Mirta, por este comentario tan personal donde con sinceridad muestras tu opinión. Un abrazo.
PD La poesía es subjetiva, las metáforas mas subjetivas aún, como los sentimientos, las emociones, los sueños o los recuerdos que son la sangre de un poema. Lo único objetivo en la vida son los hechos y esos son materia de crónicas, no de poesía. Así lo entiendo yo, al menos. Besos.