José Manuel F. Febles escribió:Mi sincera felicitación por el justo premio logrado, a un gran poema.
Desde mi isla, un gran abrazo.
José Manuel F. Febles
¡Muchísimas gracias!
Un abrazo.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
José Manuel F. Febles escribió:Mi sincera felicitación por el justo premio logrado, a un gran poema.
Desde mi isla, un gran abrazo.
José Manuel F. Febles
Muchísimas gracias, no sólo por elegir mi poema en esta oportunidad, sino por este espacio que nos permite compartir nuestras letras. He disfrutado mucho formar parte de esta comunidad.Administración Alaire escribió:Enhorabuena, amiga Ara, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra "El último segundo".
Un cordial abrazo.
Marisa Peral escribió:Ara López escribió:
Todo importa, todo cuenta. Cada sonrisa,
cada beso, cada orgasmo, cada lágrima,
cada despedida, cada dolor y, a la vez,
nada realmente tiene peso, ni importancia.
Porque la muerte no señala,
apunta.[/
Felicidades por este grandísimo poema y por la muy merecida distinción, amiga Ara.
Un fuerte abrazo.
¡Gracias Pablo!Pablo Ibáñez escribió:Ara,
enhorabuena por la merecida distinción. Me ha gustado mucho el poema.
Un abrazo.
Ara López escribió:Quizás sea la primera contemplación lúcida,
el primer vistazo… el que comprende.
Muy parecido al primer vuelo de un pájaro,
a la sensación de la ola que no había acariciado la arena.
Una sensación que se percibe unos segundos,
porque como toda iniciación, es fugaz.
Lo originario no se repite, ni puede retenerse,
se extiende como una sombra hacia la continuidad.
Una que, en este caso, da un salto a lo desconocido.
Los rostros, las voces, los roces, los recuerdos,
miedos, despedidas y arrepentimientos,
mezclados con lo aterrador de saberse realmente vivo,
del significado efímero de la permanencia.
Cada segundo cargado del peso que jamás advertimos.
El tiempo sólo se percibe cuando nos paralizamos.
Y nos envuelve un temor instintivo,
porque no sabemos sonreír ante lo inevitable.
Donde quiera que la mirada se pose
deja una cicatriz invisible de entendimiento,
que nos acompañará con un silencio pavoroso.
A fin de cuentas, no se puede explicar
la historia de la brisa que roza con desconsuelo.
La consciencia se revela aterradora,
como dicta su naturaleza refundida en pureza.
Cuando finalmente se desnuda ante nosotros
lo hace para destruirlo todo.
Cada instante premeditadamente registrado,
ya que sin el recuerdo no brota el pavor,
no puede doler el abandono de lo que no conocimos.
Es una crueldad tan pura que sólo puede inspirar sosiego.
Todo importa, todo cuenta. Cada sonrisa,
cada beso, cada orgasmo, cada lágrima,
cada despedida, cada dolor y, a la vez,
nada realmente tiene peso, ni importancia.
Es el juego malévolo que despliega
ante una vida que florece e intenta dilatarse
justo antes del segundo que se extiende hacia lo eterno,
que no espera contemplar lo espeluznante de lo absoluto.
Porque la muerte no señala,
apunta.
¡Gracias Ramón!Ramón Carballal escribió:Enhorabuena por la distinción recibida. Saludos cordiales.
Muchísimas gracias María.María Inés Iacometti escribió:Felicitaciones Ara!!! Un gran poema con reflexiones y conclusiones muy profundas.
Abrazo desde Argentina!
Arturo Rodríguez Milliet escribió:Ara López escribió:Quizás sea la primera contemplación lúcida,
el primer vistazo… el que comprende.
Muy parecido al primer vuelo de un pájaro,
a la sensación de la ola que no había acariciado la arena.
Una sensación que se percibe unos segundos,
porque como toda iniciación, es fugaz.
Lo originario no se repite, ni puede retenerse,
se extiende como una sombra hacia la continuidad.
Una que, en este caso, da un salto a lo desconocido.
Los rostros, las voces, los roces, los recuerdos,
miedos, despedidas y arrepentimientos,
mezclados con lo aterrador de saberse realmente vivo,
del significado efímero de la permanencia.
Cada segundo cargado del peso que jamás advertimos.
El tiempo sólo se percibe cuando nos paralizamos.
Y nos envuelve un temor instintivo,
porque no sabemos sonreír ante lo inevitable.
Donde quiera que la mirada se pose
deja una cicatriz invisible de entendimiento,
que nos acompañará con un silencio pavoroso.
A fin de cuentas, no se puede explicar
la historia de la brisa que roza con desconsuelo.
La consciencia se revela aterradora,
como dicta su naturaleza refundida en pureza.
Cuando finalmente se desnuda ante nosotros
lo hace para destruirlo todo.
Cada instante premeditadamente registrado,
ya que sin el recuerdo no brota el pavor,
no puede doler el abandono de lo que no conocimos.
Es una crueldad tan pura que sólo puede inspirar sosiego.
Todo importa, todo cuenta. Cada sonrisa,
cada beso, cada orgasmo, cada lágrima,
cada despedida, cada dolor y, a la vez,
nada realmente tiene peso, ni importancia.
Es el juego malévolo que despliega
ante una vida que florece e intenta dilatarse
justo antes del segundo que se extiende hacia lo eterno,
que no espera contemplar lo espeluznante de lo absoluto.
Porque la muerte no señala,
apunta.
Extraordinario poema Ara.
Un rosario de epifanías hilvanadas con serena y profunda reflexión,
sin duda será una de esas obras que marcan hito en el puño que les dió vida.
Me alegra profundamente el merecido reconocimiento que hoy recibes
gracias a esta maravillosa paradoja sobre la breve inmensidad que encierra el tiempo.
Felicitaciones y un grande y estrecho abrazo.
Lunamar Solano escribió:Felicitaciones por el reconocimiento querida amiga!
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy
¡Muchísimas gracias Alejandro!Alejandro Costa escribió:El poema es de una profundidad y calidad extrema.
Me ha gustado de principio a fin, con un verso final espléndido.
Galardón merecido.
Un beso.