Editorial Alaire

Pilar Morte escribió:Suena el acordeón;
lo oigo desde el calor de mi casa,
y no puedo quitarle el frío al hombre
que esparce un grito solidario.

Siempre sonríe.
supongo que, algún día, tendrá las vísceras
anudadas a los huesos,
con el dolor sacudiendo la mandíbula.
Pero sonríe,
y su gesto calienta mi tristeza,
a mí , que me hundo en nubes antes de que llueva.

Él no sabe que las notas de su acordeón
dulcifican mi piel y enfurecen la conciencia.

Salgo y le doy algo que le pertenece,
lo que me dieron de su siembra
cuando le derrumbó una estrella sin luz.

carmen Parra escribió:Un exquisito poema para despertar conciencias Pilar, me ha gustado mucho
Un abrazo grande
Carmen

Marisa Peral escribió:

Pilar Morte escribió:
Salgo y le doy algo que le pertenece,
lo que me dieron de su siembra
cuando le derrumbó una estrella sin luz.

Grande Pilar, grande este poema por el que te felicito efusivamente.
Hace una semana pasé un par de veces por delante de un acordeonista y sentí lo mismo que tú.
Un beso grande y gracias por compartir.

Rafael Valdemar escribió:Buen poema con un sincero y melancólico mensaje nos dejas Pilar. Me gustó y disfruté leyendo

saludos

rafael