Editorial Alaire

lazaro Habana escribió:

E. R. Aristy escribió:Detalle de las manos


Yo no me quejo del tiempo,
ni de sus paredes invisibles,
sin pretender tener el mapa
de la arquitectura interna
que conduce hacia sus pasadizos,
de alguna manera sublime lo entiendo,
Y me es suficiente.

Yo sé que hay una hora;
la hora exacta de la concepción,
la hora de puntualidad irreversible,
al parecer,
la muerte...

Y esa hora larga y negra,
que intrusa se asoma imponente
para acorralarnos en un absurdo,
paralizarnos y desfigurarnos
de miedo,
de vejez,
de duda.

Para anestesiarnos
y violar nuestros sueños vírgenes,
Y convertirlos en mitos,
para dejarnos apenas
con la banalidad de las ilusiones.

Yo no pude seguir
la avenida grande y populosa;
morí.
Catalepsia donde se hundió
algo de mí.

Y aquí soy
nuevamente desnuda.
El dedo de Dios
tocó mi yema,
y renací.

Su descarga me instaló
en la memoria del fuego,
sentí una fuerza decir:

!Levántate!
Despierta al sueño que eres,
no mueres, no es tarde,
no se ha apagado ni una sola chispa en tí.
regresa de tu mar profundo
al extasiado momento
en que descubriste tus manos.



E. R. Aristy
ERA©1991/El Libro de las manos

Para mí las manos son los órganos de interrelación entre el mundo interior del humano y su entorno.
Hacen de todo, desde una caricia hasta la muerte, desde un poema hasta una sentencia.

Un gran poema has escrito y te felicito ERA

abrazos

lázaro.[/center]

Josefa A. Sánchez escribió:Un acierto en dibujo de estas manos recién descubiertas. Un placer inmenso venir.
Un abrazo.
Pepa

E. R. Aristy escribió:Detalle de las manos


No me quejo del tiempo,
ni de sus paredes invisibles,
sin pretender tener el mapa
de la arquitectura interna
que conduce hacia sus pasadizos,
de alguna manera sublime lo entiendo,
Y me es suficiente.

Sé que hay una hora;
la hora exacta de la concepción,
la hora de puntualidad irreversible,
al parecer,
la muerte...

Y esa hora larga y negra,
que intrusa se asoma imponente
para acorralarnos en un absurdo,
paralizarnos y desfigurarnos
de miedo,
de vejez,
de duda.

Para anestesiarnos
y violar nuestros sueños vírgenes,
y convertirlos en mitos,
para dejarnos apenas
con la banalidad de las ilusiones.

Yo no pude seguir
la avenida grande y populosa;
morí;
catalepsia donde se hundió
un trazo de mi.

Y aquí soy,
nuevamente, barro,
en el dedo de Dios.

Su descarga me instala
en la memoria del fuego,
siento una fuerza decir:

!Levántate!
Despierta al sueño que eres,
no mueres, no es tarde,
no se ha apagado ni una sola chispa en ti,
regresa de tu mar profundo
al extasiado momento
en que descubriste tus manos.



E. R. Aristy
ERA©1991/El Libro de las manos

E. R. Aristy escribió:Detalle de las manos


No me quejo del tiempo,
ni de sus paredes invisibles,
sin pretender tener el mapa
de la arquitectura interna
que conduce hacia sus pasadizos,
de alguna manera sublime lo entiendo,
Y me es suficiente.

Sé que hay una hora;
la hora exacta de la concepción,
la hora de puntualidad irreversible,
al parecer,
la muerte...

Y esa hora larga y negra,
que intrusa se asoma imponente
para acorralarnos en un absurdo,
paralizarnos y desfigurarnos
de miedo,
de vejez,
de duda.

Para anestesiarnos
y violar nuestros sueños vírgenes,
y convertirlos en mitos,
para dejarnos apenas
con la banalidad de las ilusiones.

Yo no pude seguir
la avenida grande y populosa;
morí;
catalepsia donde se hundió
un trazo de mi.

Y aquí soy,
nuevamente, barro,
en el dedo de Dios.

Su descarga me instala
en la memoria del fuego,
siento una fuerza decir:

!Levántate!
Despierta al sueño que eres,
no mueres, no es tarde,
no se ha apagado ni una sola chispa en ti,
regresa de tu mar profundo
al extasiado momento
en que descubriste tus manos.



E. R. Aristy
ERA©1991/El Libro de las manos

Margarita Rosa Oviedo escribió:Me ha encantado, una preciosidad de poema.
Un saludo.

Juan Arrollo escribió:Buen rescate del fondo de los foros, un gusto leer este hermoso poema.
Un saludo cordial.

No me quejo del tiempo,
ni de sus paredes invisibles,
sin pretender tener el mapa
de la arquitectura interna
que conduce hacia sus pasadizos,
de alguna manera sublime lo entiendo,
Y me es suficiente.

Sé que hay una hora;
la hora exacta de la concepción,
la hora de puntualidad irreversible,
al parecer,
la muerte...

¡Levántate!
Despierta al sueño que eres,
no mueres, no es tarde,
no se ha apagado ni una sola chispa en ti,
regresa de tu mar profundo
al extasiado momento
en que descubriste tus manos.

Begoña Egüen escribió: ↑Mié, 08 Jun 2016 13:46

E. R. Aristy escribió:Detalle de las manos


No me quejo del tiempo,
ni de sus paredes invisibles,
sin pretender tener el mapa
de la arquitectura interna
que conduce hacia sus pasadizos,
de alguna manera sublime lo entiendo,
Y me es suficiente.

Sé que hay una hora;
la hora exacta de la concepción,
la hora de puntualidad irreversible,
al parecer,
la muerte...

Y esa hora larga y negra,
que intrusa se asoma imponente
para acorralarnos en un absurdo,
paralizarnos y desfigurarnos
de miedo,
de vejez,
de duda.

Para anestesiarnos
y violar nuestros sueños vírgenes,
y convertirlos en mitos,
para dejarnos apenas
con la banalidad de las ilusiones.

Yo no pude seguir
la avenida grande y populosa;
morí;
catalepsia donde se hundió
un trazo de mi.

Y aquí soy,
nuevamente, barro,
en el dedo de Dios.

Su descarga me instala
en la memoria del fuego,
siento una fuerza decir:

!Levántate!
Despierta al sueño que eres,
no mueres, no es tarde,
no se ha apagado ni una sola chispa en ti,
regresa de tu mar profundo
al extasiado momento
en que descubriste tus manos.



E. R. Aristy
ERA©1991/El Libro de las manos

Primoroso poema, querida amiga, E.R.Aristy. Felicidades.
Un beso.
BEGOÑA.