Editorial Alaire

Mario Martínez escribió:Sentado en la nostalgia


Queda como un revuelo de gorriones
abanicando el aire,
como una sensación de gris vacío
pegada a las paredes, al asfalto del suelo
reblandecido hoy por la canícula.
El retorno de un eco
que cada vez se antoja más lejano
flotando en la distancia.
La vaga sensación de una ternura
que me pasó rozando
dejándome en la mente un poso de añoranza.
Cruzaron como sueños,
como alegre cascada sonriente
que lo salpica todo hasta mojarme,
aun siendo la tristeza
el amplio chubasquero que me viste.

Felicidad a gritos
nadando en la inconsciencia más consciente,
inmersa en aprender lo que la vida
te exigirá mañana.
Lo que luego, apenas si te sirve
para salir a flote en inseguros mares de fracaso,
donde el saber no cuenta
y es la suerte quien lanza a quien le place
la tabla salvadora del naufragio.
Me acogen los silencios en sus brazos
cuando el murmullo cesa
y quedan sólo rumores de esperanza que aseguran,
queriendo convencerme,
que no siempre se ceba la existencia
en quien traza afanoso
el camino que lleva a superarse.

Hoy he visto, nostálgica la luz de mi memoria,
sentado bajo un árbol de la plaza,
salir a los chiquillos de la escuela.



Mario

Wow! Mario, cuando cuestionamos todas esas enseñanzas, todas esas inculcaciones. el eco mismo de sabidurías prestadas, ay! que sabemos a la hora de la crisis mayor, que sabemos al morir? Me conmueve tu sublime disertación, Mario. E. R. Aristy

Gracias, Guillermo.
La nostalgia pone a veces en orden los recuerdos. Un abrazo
Mario

Mario Martínez escribió:Sentado en la nostalgia


Queda como un revuelo de gorriones
abanicando el aire,
como una sensación de gris vacío
pegada a las paredes, al asfalto del suelo
reblandecido hoy por la canícula.
El retorno de un eco
que cada vez se antoja más lejano
flotando en la distancia.
La vaga sensación de una ternura
que me pasó rozando
dejándome en la mente un poso de añoranza.
Cruzaron como sueños,
como alegre cascada sonriente
que lo salpica todo hasta mojarme,
aun siendo la tristeza
el amplio chubasquero que me viste.

Felicidad a gritos
nadando en la inconsciencia más consciente,
inmersa en aprender lo que la vida
te exigirá mañana.
Lo que luego, apenas si te sirve
para salir a flote en inseguros mares de fracaso,
donde el saber no cuenta
y es la suerte quien lanza a quien le place
la tabla salvadora del naufragio.
Me acogen los silencios en sus brazos
cuando el murmullo cesa
y quedan sólo rumores de esperanza que aseguran,
queriendo convencerme,
que no siempre se ceba la existencia
en quien traza afanoso
el camino que lleva a superarse.

Hoy he visto, nostálgica la luz de mi memoria,
sentado bajo un árbol de la plaza,
salir a los chiquillos de la escuela.



Mario

Muy hermoso poema, Mario, trufado de nostalgia, hermosas y precisas imágenes y sentimientos a flor de piel.
Aplaudo tus versos.

Un abrazo.

´Gracias Óscar y felicitaciones de nuevo por el reconocimiento a tu poema.

Y disculpa si he tardado en responder, ando liado con la presentación de un libro y no tengo tiempo para nada.
Un abrazo

Mario

Gracias Francisco, me alegra que te haya gustado y perdona la tardanza en la respuesta. Un abrazo, compañero.

Mario

Perdona la tardanza en responder E.R. Aristi.
Me alegra que te haya gustado. Un abrazo poético.

Mario

Gracias, Ramón.
Me alegra enormemente que te haya gustado este nostálgico poema. Un abrazo.

Mario

Tan bello como evocador trabajo de Mario.

Es tu poema de una belleza lánguida, y al mismo tiempo subyugadora. Te arrastra a la tristeza sin posibilidad de retorno.

Es hipnótico y del mismo modo consigue que te duermas en sus versos.

`Precioso.

Una granta sorpresa ver de nuevo este excelente poema de Mario Martínez.

Todo un placer de lectura.

Se te echa de menos, amigo Mario.

Abrazos e saúde.