Esa primera imagen de París

[Carmen Pla]

Muchas gracias amigos: Rosa, Julio, Marimar y Silvia. Muy agradecida por vuestras palabras estimulantes.
Un abrazo a todos.

[Luis M]

Muy hermoso y logrado poema, Carmen. Un verdadero placer de lectura. Un abrazo.

[Francisco López Delgado]

Me he sentido dentro de tu poema, formando parte de él. Escribes de una forma que atrapa y embelesa. Gracias Carmen por todo. Recibe un fuerte abrazo y toda mi admiración.

[Rafel Calle]

Hermoso e interesante trabajo, amiga Carmen.
Abrazos.

[Carmen Pla]

Muy hermoso y logrado poema, Carmen. Un verdadero placer de lectura. Un abrazo.

Muchas gracias, Luis.
Me alegro mucho que te guste.
Un abrazo

[Carmen Pla]

Me he sentido dentro de tu poema, formando parte de él. Escribes de una forma que atrapa y embelesa. Gracias Carmen por todo. Recibe un fuerte abrazo y toda mi admiración.

Muchas gracias a ti, Francisco, por las bellas palabras que me dedicas.
Un fuerte abrazo

[Carmen Pla]

Hermoso e interesante trabajo, amiga Carmen.
Abrazos.

Muchas gracias, Rafel.
Abrazos

[Óscar Distéfano]

Un poema que embelesa. Me ha encantado adentrarme en ese mundo casi onírico que has creado. Las percepciones mías son muy intensas. Te aplaudo con emoción.

Abrazos, compañera.
Óscar

[Rafael Valdemar]

Carmen intenso e interesante mensaje me llega de tu poema que disfruté leyendo

saludos

rafael

[E. R. Aristy]

Una percha alza sus tres astas
que recuerdo con detalle.
Sigue hablándonos con su amasijo
de frutas de clara atmósfera.
Rotula el placer
en una nube inamovible.

Yo sé de donde vengo.
Acarreando cajas de naranjas
fardo de cebollas
de una calle imposible.

Me quito los ojos para asomarme
a su boca dibujada.
A su lugar estratégico y codiciado
que goza de la felicidad
de sus primeros huéspedes.

Todo lo demás es viejo.

Hasta la ventana donde corre la lluvia
y toda su luz;
pintando su mundo
con un retrato en papel de barba.

Sus manos son redes de parajes.
Un traje de sastre bien cortado
de una clase desheredada
con orden imperante.

Sus adoquinadas callejuelas
son fardas de gas quebradas;
desgaire de cualquier esquina
de empuje vital.
Un camino real a un árbol de cielo
de mullido sueño.

¿Por qué huele divinamente el azar
y hiede la zorra?.
¿Por qué hay hermosas flores sin olor?.

Algún día entenderé esa ancla salvadora
que ahora no me sirve.
Que dentro de pocos años, sí importará
la exigua llama,
la elegía del amor envidiando los vestidos
que crecen en esa cuarta dimensión
llamada tiempo.

Mientras me despido de ti
con un adiós pequeño y tenaz.
- Siempre nos quedará París -.
Impulsados hacía la clamorosa ciudad
que nos hará sentar en su trono.

Un poema excelso y rico en imagines. Me conmueve su belleza! ERA

[Carmen Pla]

Un poema que embelesa. Me ha encantado adentrarme en ese mundo casi onírico que has creado. Las percepciones mías son muy intensas. Te aplaudo con emoción.

Abrazos, compañera.
Óscar

Me alegra que logres captar la percepción del poema, amigo Óscar.
Muchas gracias y un fuerte abrazo.

[Carmen Pla]

Carmen intenso e interesante mensaje me llega de tu poema que disfruté leyendo

saludos

rafael

Saludos, Rafael.
Muchas gracias por dejarme también tu mensaje.

[Carmen Pla]

Una percha alza sus tres astas
que recuerdo con detalle.
Sigue hablándonos con su amasijo
de frutas de clara atmósfera.
Rotula el placer
en una nube inamovible.

Yo sé de donde vengo.
Acarreando cajas de naranjas
fardo de cebollas
de una calle imposible.

Me quito los ojos para asomarme
a su boca dibujada.
A su lugar estratégico y codiciado
que goza de la felicidad
de sus primeros huéspedes.

Todo lo demás es viejo.

Hasta la ventana donde corre la lluvia
y toda su luz;
pintando su mundo
con un retrato en papel de barba.

Sus manos son redes de parajes.
Un traje de sastre bien cortado
de una clase desheredada
con orden imperante.

Sus adoquinadas callejuelas
son fardas de gas quebradas;
desgaire de cualquier esquina
de empuje vital.
Un camino real a un árbol de cielo
de mullido sueño.

¿Por qué huele divinamente el azar
y hiede la zorra?.
¿Por qué hay hermosas flores sin olor?.

Algún día entenderé esa ancla salvadora
que ahora no me sirve.
Que dentro de pocos años, sí importará
la exigua llama,
la elegía del amor envidiando los vestidos
que crecen en esa cuarta dimensión
llamada tiempo.

Mientras me despido de ti
con un adiós pequeño y tenaz.
- Siempre nos quedará París -.
Impulsados hacía la clamorosa ciudad
que nos hará sentar en su trono.

Un poema excelso y rico en imagines. Me conmueve su belleza! ERA

Muchas gracias, ERA.
Es un logro para mí hacer llegar un poema. Me alegra que así sea.
Un abrazo