Editorial Alaire

Silvia Savall escribió:No me queda nada
por hacer,
lo visité todo.

Estuve en la residencia
de cansancio y pena,
también viví las siete vidas
de un gato.

Los sueños murieron
en medio de guerras con paz y hambre,
muchos de ellos se quedaron
detrás de copas vacías.

Recuerdo aquel día
que me puse los ojos de un ciego,
entonces descubrí
que a partir de ese momento
usaría gafas de vida.

Todavía perduran los sábados
en los que quitabas el abrigo de mi piel,
para arroparme en la infancia
del primer beso.

Siempre quise rozar la luz,
la luz perpetua de los 365 días
pero hubo muchos espacios
donde las despedidas,
fueron muñecos de cera.

Rafael Zambrano Vargas escribió:

Silvia Savall escribió:No me queda nada
por hacer,
lo visité todo.

Estuve en la residencia
de cansancio y pena,
también viví las siete vidas
de un gato.

Los sueños murieron
en medio de guerras con paz y hambre,
muchos de ellos se quedaron
detrás de copas vacías.

Recuerdo aquel día
que me puse los ojos de un ciego,
entonces descubrí
que a partir de ese momento
usaría gafas de vida.

Todavía perduran los sábados
en los que quitabas el abrigo de mi piel,
para arroparme en la infancia
del primer beso.

Siempre quise rozar la luz,
la luz perpetua de los 365 días
pero hubo muchos espacios
donde las despedidas,
fueron muñecos de cera.

Poema muy hermoso evocando a los 365 días,
En los que sin dudas habrá habido de los maravillosos,
y dignos de recordar.
Met´aforas muy hermosas y diáfanas.


Feliz verano y un gran abrazo poeta

Rafael

Silvia Savall escribió:No me queda nada
por hacer,
lo visité todo.

Estuve en la residencia
de cansancio y pena,
también viví las siete vidas
de un gato.

Los sueños murieron
en medio de guerras con paz y hambre,
muchos de ellos se quedaron
detrás de copas vacías.

Recuerdo aquel día
que me puse los ojos de un ciego,
entonces descubrí
que a partir de ese momento
usaría gafas de vida.

Todavía perduran los sábados
en los que quitabas el abrigo de mi piel,
para arroparme en la infancia
del primer beso.

Siempre quise rozar la luz,
la luz perpetua de los 365 días
pero hubo muchos espacios
donde las despedidas,
fueron muñecos de cera.

carmen Parra escribió:Un fantástico poema Silvia con metáforas que me han llegado, ponerse las gafas de la vida o los ojos del ciego me ha llegado profundamente, un abrazo querida poeta
Carmen

E. R. Aristy escribió:

Silvia Savall escribió:No me queda nada
por hacer,
lo visité todo.

Estuve en la residencia
de cansancio y pena,
también viví las siete vidas
de un gato.

Los sueños murieron
en medio de guerras con paz y hambre,
muchos de ellos se quedaron
detrás de copas vacías.

Recuerdo aquel día
que me puse los ojos de un ciego,
entonces descubrí
que a partir de ese momento
usaría gafas de vida.

Todavía perduran los sábados
en los que quitabas el abrigo de mi piel,
para arroparme en la infancia
del primer beso.

Siempre quise rozar la luz,
la luz perpetua de los 365 días
pero hubo muchos espacios
donde las despedidas,
fueron muñecos de cera.

Hermoso poema Silvia. Un placer leerte, poeta. ERA

Jerónimo Muñoz escribió:¡Vaya un portento de imágenes poéticas y vaya un estilo que me parece inimitable!
Te felicito por esta creación y prometo seguir leyéndote.
Abrazos.
Jerónimo

Silvia Savall escribió:
Recuerdo aquel día
que me puse los ojos de un ciego,
entonces descubrí
que a partir de ese momento
usaría gafas de vida.

.

Julio Gonzalez Alonso escribió:

Silvia Savall escribió:
Recuerdo aquel día
que me puse los ojos de un ciego,
entonces descubrí
que a partir de ese momento
usaría gafas de vida.

.

Muy entrañable, Silvia. Me ha gustado todo el poema y todo lo que dices, pero voy a quedarme con esta estrofa. Enhorabuena.
Salud.

Carmen Pla escribió:Un poema realmente sutil y evocador, donde gira esa rueda de los días confeccionando versos y luz.
El cierre precioso, Silvia.
Besitos

Mario Martínez escribió:Hola Silvia.
Un recorrido vital a través de un bello poema que me ha encantado.
Abrazos.

Mario.