La mujer nenúfar

[Rafel Calle]

Muy bello trabajo de Rosa.

[Armilo Brotón]

Me uno a las alabanzas de los compañeros Rosa. Un excelente poema.
Un abrazo

[Carlos Justino Caballero]

Si la vieras:
tiene tu voz de páramo,
idéntica simiente gris
en la mirada,
el mismo gesto herido
de gacela.
Muchos más pájaros, menos pozos
que yo.
más relámpagos, menos niebla,
más infancia en las manos.

Si la vieras, madre,
rozar con su piel el jazz
de los pronombres,
florecer vivaz en lechos
de agua,
mordisquear un pan de olvidos
palpando a tientas el belfo
amarillo
de la muerte, besándolo sin piedad,
domesticando el grito...


Hay algo tuyo en la mujer-nenúfar:
una hilera
de rebelde tristeza;
corpúsculos de huidizos ayeres;
grisazul infinito
enredado en el ramal de la sangre,
sal de ausencias
que se tornan memoria
al mirarme.

Belleza y riqueza poética para alumbrar mi mañana, Rosa! Geacias y felicitaciones.

[Arturo Rodríguez Milliet]

Extraordinariamente hermoso, Rosa.
De una estética tan grácil como expresiva.
En efecto, cada verso flota en un estanque lírico
y emite hondas que nos alcanzan, nos plenan, nos conmueven...
Un afectuoso abrazo

[Rafel Calle]

Grandes obras de Rosa Marzal, en Alaire.

[Ana García]

No lo conocía y es una belleza de poema. Si una estrofa es buena, la otra mejor. No puedo destacar una sola.
Este rescate me ha dado a conocer una gran obra.
¡Gracias, Rafel!
Te felicito por el poema, Rosa.
Un abrazo.

[E. R. Aristy]

Si la vieras:
tiene tu voz de páramo,
idéntica simiente gris
en la mirada,
el mismo gesto herido
de gacela.
Muchos más pájaros, menos pozos
que yo.
más relámpagos, menos niebla,
más infancia en las manos.

Si la vieras, madre,
rozar con su piel el jazz
de los pronombres,
florecer vivaz en lechos
de agua,
mordisquear un pan de olvidos
palpando a tientas el belfo
amarillo
de la muerte, besándolo sin piedad,
domesticando el grito...


Hay algo tuyo en la mujer-nenúfar:
una hilera
de rebelde tristeza;
corpúsculos de huidizos ayeres;
grisazul infinito
enredado en el ramal de la sangre,
sal de ausencias
que se tornan memoria
al mirarme.

Un poema de giros y de hondas que anclan el alma en la rosa del amor. Sin duda, Rosa, eres una entre poetas. Un abrazo, grande, ERA