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Gracias, Carmen, por tu paso y generosos comentarios. Celebro que hayas disfrutado de estos versos.Carmen Pla escribió:Extraordinario poema, Ferreiro, tiene imágenes poéticas preciosas.
Un placer para los sentidos.
Un abrazo
Graciñas, Rosa, por tu paso y generosos comentarios. Celebro que hayas disfrutado de estos versos.Rosa Marzal escribió:Un poema fascinante, con inspiradas imágenes de gran belleza y dramatismo.
Mi felicitación, amigo Ferreiro.
Abrazos.
Graciñas, Pepa. Celebro que hayas disfrutado de estos versos.Josefa A. Sánchez escribió: ↑Sab, 29 Abr 2017 1:59 Pues los versos no se ahoga precisamente, sino que flotan y se elevan poderosamente sobre las olas. Grande lo tuyo, Ferreiriño.
Un abrazo.
Pepa
Gracias, colega Rafa, por el empujón.
Gracias, Ramón. Ya sabes que siempre es un honor tenerte por aquí.Ramón Carballal escribió: ↑Lun, 22 May 2017 10:55 Magnífica entrega. Al leerlo lo he visto como si lo hubieras pintado. Unha aperta.
Graciñas, Marli, por tu paso y generosos comentarios. Son todo un honor, querida amiga.Marli Franco escribió: ↑Mar, 03 Mar 2020 23:51
Mestre Ferreiro as minhas reverências a seu marcante Poema!
A maestria da tua pluma aflora a sensibilidade na leitura nos elevando em um patamar de imagens emocionantes.
O poema todo tocou meus sentires em especial estes versos:
"Detrás, en las cumbres del cielo, las astros se ofrecían
como una granada madura. "
Emocionante poema caríssimo!
bj de violetas
Precioso poema, J.J. Para disfrutar de principio a fin. Mi aplauso y felicitación.J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Vie, 21 Abr 2017 19:09 “Awkward instant and the first animal is jettisoned”
("Complicado instante
y el primer animal es lanzado al mar")
De "Horses latitudes" Jim Morrison.
Los galeones enfrentaban, mares abajo,
las fieras latitudes, sus más brutales hervideros.
Mirábamos los hondos embudos de la espuma
hasta sumirnos en la angustia de su frenética inquietud.
El cierzo huracanado latigueaba nuestros pensamientos,
siempre esperando a la arribada de los muelles.
¿Te acuerdas de la última singladura,
los caballos ahogándose en un mar delirante?
Divisábamos sus cabezas entre los picos de los cormoranes,
mostrando gestos de gran envergadura,
con los cuellos alzados sobre las encrespadas olas.
El miedo congelaba el aire.
De repente, el barco zozobró
y los desencajados semblantes de las bestias nos contemplaban.
Más atrás, en el horizonte,
los astros, rojos, se ofrecían
como una granada madura.