Gracias María, me alegra que mis letras se refugien en tus arenas.Maria Rodriguez escribió:Bonito poema Arturo, que cae sobre nuestras arenas, sin ser arrastrado por el mar
Feliz dia
Maria
Un abrazo.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias María, me alegra que mis letras se refugien en tus arenas.Maria Rodriguez escribió:Bonito poema Arturo, que cae sobre nuestras arenas, sin ser arrastrado por el mar
Feliz dia
Maria
Siempre presente Hallie, siempre cálida,Hallie Hernández Alfaro escribió:Hermoso, muy hermoso, querido amigo. Esta efevercencia nos llega con emoción y hondura.
Abrazo lleno de afecto, felices horas.
Muchas gracias Rafel, por tus aleccionadores y siempre útiles comentarios.Rafel Calle escribió:Muy bello trabajo, amigo Arturo, que, a mi juicio, debemos colocar junto a las cúspides de tu obra.
Como en Crisálida (el poema que te he comentado esta mañana), se trata de verso multimétrico, porque las metrías no están premeditadas y son desiguales, si bien, en Crisálida buscas una estética esencial, rotunda y muy pausada (fundamentalmente verso corto y medio), mientras que en Efervescencia te decantas por un aluvión rítmico, tremendamente ágil y poderosamente sorpresivo, merced al verso largo, es decir, en la lectura, entre pausa versal y pausa versal hay mucho trecho y solo te detienes por los signos de puntuación y también por la pequeña pausa por cambio de sentido, lo cual nos da un ritmo muy trepidante.
Ha sido un placer leerte, compañero; felicidades por este poema donde te decides a exponer y desarrollar asuntos de aves migratorias. Ahora tus alas tienen un gran espacio para volar y volar al encuentro o a la huida de las vastas migraciones también almáticas.
Un fuerte abrazo.
Pd. 10º verso, tal vez, "sigue despeinando mis ojos"- Antepenúltimo verso, quizá falte una coma.
Arturo Rodríguez Milliet escribió:Nívea gaviota, vuelas, con alas de tenue efervescencia,
así te esfumas, así destierras mis pupilas del perfil de tu horizonte.
Sediento de marejadas, has decretado en mis playas templanza de acantilado.
Fuiste promesa de sol en atardecer de tormenta
pero siguen salpicando los charcos reflejos de luna en mengua.
Aún conservo la lejanía que tu brisa impregnó en un pañuelo,
el cartucho de tinta que diluye los versos que aún no escribo
y la placenta que nutre cada uno de tus desdibujados besos.
Todavía mis dedos preguntan por aquel pliegue oculto en tu piel,
siguen mis ojos despeinando el perfume escondido en cualquier cabellera negra
y regresa tu voz emergiendo de cada vacío, maltratando mi nombre a silencios.
Los colores del ocaso acortan las horas mientras las sombras se elongan,
el reloj se torna sospechoso de reiterar escenarios
y la araña duerme a la espera del primer insecto suicida.
Un chubasco de agua clara cae donde reinan las arenas
se evaporan las gotas antes de tocar el suelo,
alas de gaviota que, efervescentes, alzan vuelo.
Gracias Guillermo, por tu siempre grata presenciaGuillermo Cumar. escribió:La efervescencia despierta a la gaviota y ella toma por el pico la palabra y la va convalidando con donaire y con premura
Me gustó el simbolo que pintas desde la arena visionaria de gaviotas y de olas.
un abrazo
Valoro mucho, mi querido Óscar, tus visitas generosas y tus agudos comentarios.Óscar Distéfano escribió:Un poema certero, de gran calidad lírica. Yo me he dejado llevar por el cielo de tu fantasía. Un exquisito viaje. Me ha llamado poderosamente la atención la soltura con que has emprendido este "vuelo" de gran altura. Felicidades.
Un abrazo grande.
Óscar