Editorial Alaire

Eduardo Díaz escribió:Un poema que parte de lo íntimo del alma humana. Representa en alguna medida al género humano. Un bello poema, denota arduo trabajo, con un logro excelente. Un abrazo, Eduardo.

Esteban Granado escribió:Es tan completa esta poesía tuya que uno siente que se termine el poema. Que a uno le gustaría seguir leyendo para econtrarse con versos impredecibles como ese "me cabe entre los ojos la desnudez entera", tan humano, para disfrutar de la sintaxis puesta al servicio de la amplitud del sentimiento o deleitarse con la hondura del hallazgo.

He observado un cambio para mejor en tu poesía, ahora vas a por todas y eso se nota, y se agradece. Has dado rienda suelta a una lírica iluminada y profunda, madura y personal.

Enhorabuena y un abrazo,

Esteban

S.Castelar escribió:
Tengo la voluntad arrodillada
y escarbo con los dedos la conciencia
de amar en carne viva.

Resbalan los meandros de la noche
sobre mis tiernas vértebras,
el duelo,
la música,
ese temblor de agujas cimbreantes
que estalla en la garganta de los mirlos.
Qué inmensa pequeñez me sobrecoge.

Renazco en el arrullo de la bestia
y sigo siendo frágil,
me cabe entre los ojos la desnudez entera
esa palabra-espina que puja por la rosa,
el miedo,
la vena retorcida de la noche
sangrando oscuridad.
Estoy mordiendo a gritos la belleza.

Lo no visible crece
un animal impuro dibuja sus contornos
y el corazón se enciende de lirios y de sables.
Es la hora del pulso:
el instante marino de la tierra
donde los cuerpos gimen su contrario.

Se duele el tiempo escrito
como una herida incierta en los relojes
como un retal de lluvia en la cartera.
¿A dónde van mis alas?
¿Qué invierno han inventado los cristales?

Me habita una mujer de triste lengua
una mujer pequeña
perdida entre millones de mujeres,
la única visible.

E. R. Aristy escribió:

S.Castelar escribió:


Se duele el tiempo escrito
como una herida incierta en los relojes
como un retal de lluvia en la cartera.
¿A dónde van mis alas?
¿Qué invierno han inventado los cristales?

Profunda exploracion. Me he deleitado con todo el poema, rico en imagenes, pero estas, en particular, las siento sublimes. Abrazos, querida Sara.

Ricardo Serna G escribió:S.Castelar,

Vuelvo a tu extraodinario poema...
el verso se viste de belleza....y baila


un beso fuerte, querida amiga

Juan Cruz Bordoy escribió:Aunque la bestia te atraiga, si no le prestas tu mirada, tal vez te crezca una sonrisa. Me gustó mucho tu poesía.
Un abrazo y un beso,
Juan Cruz.

Emilio Aparicio escribió:

S.Castelar escribió:
Tengo la voluntad arrodillada
y escarbo con los dedos la conciencia
de amar en carne viva.

Resbalan los meandros de la noche
sobre mis tiernas vértebras,
el duelo,
la música,
ese temblor de agujas cimbreantes
que estalla en la garganta de los mirlos.
Qué inmensa pequeñez me sobrecoge.

Renazco en el arrullo de la bestia
y sigo siendo frágil,
me cabe entre los ojos la desnudez entera
esa palabra-espina que puja por la rosa,
el miedo,
la vena retorcida de la noche
sangrando oscuridad.
Estoy mordiendo a gritos la belleza.

Lo no visible crece
un animal impuro dibuja sus contornos
y el corazón se enciende de lirios y de sables.
Es la hora del pulso:
el instante marino de la tierra
donde los cuerpos gimen su contrario.

Se duele el tiempo escrito
como una herida incierta en los relojes
como un retal de lluvia en la cartera.
¿A dónde van mis alas?
¿Qué invierno han inventado los cristales?

Me habita una mujer de triste lengua
una mujer pequeña
perdida entre millones de mujeres,
la única visible.

Yo estoy con Luis cuando dice que tienes un pulso poético extraordinario, porque sin duda no basta con que un poeta sepa expresar la belleza dejándola campar a sus anchas a lo largo del poema: hay que contenerla, también, ubicarla entre los versos, apocarla al silencio, a veces, y arengarla otras para que brille en el momento exacto. Supongo que a esto se refiere, un poco Luis, cuando habla de "pulso poético". Pues bien, tú tienes ese pulso, compañera. Un saludo

Óscar Distéfano escribió:Qué hermoso es el lenguaje que has empleado en este poema,
qué hondas son las sensaciones que me llegan,
qué conciencia dolorosa y humana.
Me ha sobrecogido tu poema, apreciada poeta.

Un saludo cargado de aplausos.
Óscar