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carmen iglesia escribió:
Hubiera deseado un cielo gris,
un infinito azul lleno de pájaros pero lo que no vuela se detiene
al final en el polvo.
Y él no quería el miedo para siempre.
Bueno, es magnífico como todos los tuyos, Carmen. Tu lenguaje propio, tus códigos, tu elegancia suprema, etc.....La concisión y puntería. Y mucho más.
Creo que en los últimos versos apuntas la solución, por eso yo me prometí hace tiempo no dejar de volar nunca (lo que se dice nunca nunca), aunque me tomen por un ser no propio del planeta Tierra. jajaja
Un beso grande, poeta.
.
Hay mucha gente que vive en el miedo y muere en el miedo... miedo a la soledad, miedo a no hacer lo que se debe hacer en el momento adecuado... la vida se puede convertir en una prisión terrible y, nos guste, o no, la muerte forma parte de ella...
carmen iglesia escribió:Se acordó de su casa,
la vieja residencia del amor
y sintió el corazón necesitado.
Francisco Brines
En aquella misión puso el empeño
de los necesitados.
Tenía dos razones para el mar
y una para la tierra.
Eligió ser comido por los peces.
No quiso ser ceniza
ni alimentar la sombra de los árboles.
Hubiera deseado un cielo gris,
un infinito azul lleno de pájaros
pero lo que no vuela se detiene
al final en el polvo.
Y él no quería el miedo para siempre.
Querida Carmen:
Precisamente tú
no eres de lo que no vuela
porque las alas de tu imaginación
te pasean siempre
por lo alto de lo más alto.
Y desde esa altura
podrás elegir el final que desees,
aunque no desearás elegir el momento
si vives teniendo como casa
esa "residencia del amor"
de que habla Brines.
Cuando llegue el momento,
quisiera yo poner el empeño de los elegidos,
no el de los necesitados,
y el lugar y la forma es lo de menos
con tal de que me encuentre
con las alas abiertas,
inaccesible al miedo
y respirando en paz el azul infinito.
Y también para ti
deseo ese final.
Un abrazo.
* * *
********************
Aún estoy buscándome
aunque no me conozco;
pero sigo intentando
un encuentro conmigo.
******************** www.poesiaviva.com
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carmen iglesia escribió:Se acordó de su casa,
la vieja residencia del amor
y sintió el corazón necesitado.
Francisco Brines
En aquella misión puso el empeño
de los necesitados.
Tenía dos razones para el mar
y una para la tierra.
Eligió ser comido por los peces.
No quiso ser ceniza
ni alimentar la sombra de los árboles.
Hubiera deseado un cielo gris,
un infinito azul lleno de pájaros
pero lo que no vuela se detiene
al final en el polvo.
Y él no quería el miedo para siempre.
Además de ser estéticamente grandioso, dejas en el poema esos síntomas de reflexión a priori, que luego ofrecen una gran elocuencia al conjunto. Existencial, sin amaneramientos de excesiva melancolía, contenido, brillante en el planteamiento donde se extrae, como en la mejor poesía no confesional, ese panteísmo personal que, en los mejores poemas, como digo, alcanza categoría de doctrina poética y filosófica. Muy bien. Un abrazo poetaza
Sabes? Siempre que me ocurre algo "trágico" de verdad (sobre todo cuando me veo obligada a contarlo) me río... No sé por qué te cuento esta chorrada... el caso es que creo que la excesiva melancolía es algo de lo que huyo, lo cual no quita que tenga, como bien dices, mis propias y particulares creencias bien arraigadas (y sólo mías)...
Bueno, el caso es que te mando un besote grande. Gracias muchas por estar.
Just Gafar escribió:Como siempre, tu palabra deja um grato sabor en los ojos Carmen. Por mi parte yo prefiero que sea la tierra la que me consuma, tengo el corazón en estas montañas. Y el mar sigue estando allá, a cientos de kilometros.
Abrazos, y muchas gracias por compartir
Just, la vida es muy larga, tal vez algún día ese mar se aproxime... nunca se sabe....
javierdicenzo80 escribió:Me gustaria saber en que te inspiraste para este poema.
saludos
javier
Hola Javier, te contesto, aunque con mucho retraso. El poema habla de la muerte, por supuesto, pero también, y sobre todo, de intentar ser libre para elegir hasta el final...
Rafel Calle escribió:Hermoso poema, amiga Carmen.
El ritmo me ha gustado, sin rompimientos, salvo en los dos últimos versos, dentro de una presentación polimétrica pulcra y muy bella.
Posiblemente tengas razón, aunque yo prefiero que me coman los gusanos, porque nadar se me da muy mal, lo mejor es ser comido. Por lo menos se aprovecha algo de nosotros. Y mira que en mi caso, aprovechar algo, creo que será una quimera.
En fin, ha sido un placer leerte.
Te mando un cordial abrazo.
Uy... tu elección es la que más miedo me da a mí... jajaja... así somos las personas, distintas hasta en eso...
