Editorial Alaire

Armilo Brotón escribió:Para Ana en Reyes

En el polar de mis manos quedas contenida:
me gusta observar cómo tiritas; aprovecho
que estás desnuda para comerme la madrugada
y puedas florecer en mi boca como egagrópilas de inuit.
Sabores que no tienen excusa,
que sirven para escaldar lunas hacia la carne pía.
No siempre el calor es bueno -el dios Sedna cuenta-.
Hay patos que no van al sur en busca de ningún preludio
y añoran el incienso gélido de la tierra.
Al amparo de sus intensidades, emigran
hacia agridulces esperanzas que sólo el viento del norte
corta, con diminutos granates, y traslada al otro lado de la sangre.
¿Por qué el amor no derrite al hielo de nuestra casa?
¿Por qué me gusta navegar en tus muslos glaciales?
¿Qué se puede esperar
de alguien después de haberlo ingerido?
Para responder a estas preguntas
hoy, día de Reyes, te regalo un igloo
con sus correspondientes hígados de caribú

elPrior

Pablo Ibáñez escribió:Armilo,

me gusta mucho, amigo. Siempre sorprendiendo con las palabras, con las imágenes brillantes y originales. Imágenes que se prestan a la investigación, a la profundización de significados. Es decir: bien pensadas, no al tun´tún. Uno se queda atrapado por el texto porque, bajo la apariencia caótica, late una linea clara en la que apoyarse, es de alguna manera confiable pero a la vez los inventos chocan y excitan la imaginación.

A mí me gusta.
Un abrazo.

Guillermo Cuesta escribió:Un canto al frío aquí se expande tan lleno de lumbre, que el calor navega por el sentir ocupando toda la sombra
que demuestra que el corazón está tan vivo y jadeante como la pluma misma.

un abrazo

J. J. M. Ferreiro escribió:La originalidad, la mirada inteligente marca de la casa.

Todo un placer de lectura, colega Armilo.

Un fuerte abrazo.

Josefa A. Sánchez escribió:Pues a mi no me da nada de frío este poema tan cálido y pleno de sensualidad. Me ha gustado mucho la lectura. Y eso, que feliz año.
Un abrazo.
Pepa

Ventura Morón escribió:El Prior sale a galopar y deja el invierno pleno de huellas rojas. Rojas, muy rojas... Qué bueno, amigo. Te has hecho esperar, o quizás yo haya venido menos ultimamente, entre vacaciones y demás, pero...ha valido la pena esa espera. El Igloo guarda ese calor a pesar de todo, incluso a pesar de él mismo. Se camufla en el hielo, se mimetiza con las palabras gélidas que no traspasan su muralla fría, y late. Pienso en la construcción del mismo, sacando los bloques de hielo del hielo. Pero, como te dije, el interior de este esqueleto arde, rojo, intenso, suave caribú, nido bajo la escarcha.
Me ha entusiasmado amigo, felicidades para ti, abrazos al prior, y claro, besos a Ana, los reyes no la olvidan.

Ana Muela Sopeña escribió:Maravilloso este poema de amor, cálido, sugerente, original.

El igloo es un habitáculo donde los esquimales comen, duermen y hacen el amor. Es un refugio cálido y seguro.

Me ha encantado, Armilo

Un fuerte abrazo
Aplausos
Ana

E. R. Aristy escribió: Gran originalidad e inteligencia en este poema de hielo, bien construido y sugerente desde su titulo. Un placer volver a leerte, Armilo. Abrazos, ERA

jose manuel saiz escribió:Original y sorprendente. Así es tu poesía, amigo. Y en este poema derrochas ambas cualidades. Un verdadero placer recorrer tus versos.
Un fuerte abrazo, amigo.
J. Manuel