Editorial Alaire

Guillermo Cuesta escribió:Un bello vuelapluma surtido, ágil y acoplado, amiga.Felicidades

un abrazo

Carmen Pla escribió:Es cierto, Pilar, las palabras se pierden en el abismo de la culpa porque afuera hay tristeza, y tu poema precisamente nos recuerda lo que olvidamos recordar.
Es un sentimiento bello todo el poema.
Un placer leerte.
Besos

Arturo Rodríguez Milliet escribió:

Pilar Morte escribió:El verso no me sirve,
sólo tararea, pasea en miradas ,
lee paisajes interiores,
se asoma al abismo del miedo,
respira felicidad y hace
muñón del dolor del alma.

Pero olvida el frío, el hambre,
y el terror ajeno.
No grita para que no oigan,
no hay tiempo,
se lo come
la propia batalla .

A veces se envanece
de su palabra escrita,
se regodea del ruido que hace
el verso logrado.

Pero se muere en sí mismo, no llega
al horror de vidas ajenas,
no mueve las sillas generosas,
se aquieta en su propio sonido
y hace fin de la lectura,
de la belleza que alboroza el alma.

Y ahí me quedo,
dando una limosna
para aplacar remordimientos.

Aplaudo emocionado tus versos Pilar y clamo por la necesidad de su presencia.
Si el ser humano sólo fuese capaz de las atrocidades que comete contra si mismo,
nuestra especie no tendría sentido alguno, no es inútil la denuncia ni la confesión de impotencia.
Nadie resucitó en Guernica, pero quién le ha dicho a Picasso que su obra resultó impertinente?
El arte tiene más poder de trascendencia que la barbarie. Siempre!
Conmovedor, hermoso y trascendente tu poema, amiga. Un abrazo.

Óscar Distéfano escribió:Yo soy un convencido de que la poesía, por más que, aparentemente, no influya en la sociología, en la cotidianeidad, tiene profundas raíces para lograr el crecimiento del árbol del humanismo. Este mismo poema tuyo que acabas de escribir, de una u otra forma, llegará con la misma constancia de las verdades que se hacen ver poco a poco, a aportar su grano de arena para el mejoramiento del espíritu humano y, por ende, de la conciencia que pueda erradicar la animalidad del hombre. La desesperanza que se desprende de tus versos no son sino gritos de sincera protesta, de clamor humano que sí o sí calará fuerte en las personas que cultivamos el arte del refinamiento de la sociedad humana. Y más me gusta tu poema porque se distancia de cualquier bandería política, para volverse canto universal libre.

Un abrazo grande.
Óscar