Editorial Alaire

Muchas gracias, Guillermo, recibe un fuerte abrazo.

Era, ni fortaleza ni seguridad, es un poema delante de ese espejo que todos llevamos dentro. Ocurre que cuando uno se habla a sí mismo, está hablándole a otro. Sólo otro puede completarlos, a ellos. El que escribe es el Testigo. Esa oscura presencia. Abrazo grande.

Gracias, Carmen. El poema no es de nadie es de ellos, todos llevamos uno de esos dentro, unos que se hablan entre ellos a nuestas espaldas, susurrando en voz alta. Abrazos.

Gracias, Óscar, te agradezco mucho. Yo me acuerdo de lo que decía Strand, " un vocabulario sencillo, una sintaxis compleja ". Acá todo es sencillo, y ante todo es sencilla la naturaleza de hablarse, de hablarse frente a frente, cuando el mundo se ha terminado. Amar cuando el mundo se ha terminado. Amar es escucharse. La propia lengua y los propios oídos son extranjeros, mitades. cuando todo ha acabado. Amar sin rumbo, sin futuro, como un monólogo de dos, como dos hablando en voz alta dentro de la cabeza ida. Abrazos.

Ventura, muchas gracias. No se distancian. Está ligado a otra tontura que escribí, " Solo ". Es el mismo cuerpo. Como uno se habla a sí mismo, reza, habla, sabe. Abrazos, amigo.

Gracias, Pablo, una pareja dentro de uno hablando con el fin de la oscuridad, del trabajo, del día, del transcurso. Las ganas de llorar, sin lágrima exhaustivas, sin causas ni efectos. Abrazos.

Gracias, Rafel, por tu atenta consideración. Abrazos.

Gracias, Ana. Quizá es demasiada intimidad. Todos buscamos lo que llevamos dentro, fuera. Si lo hallamos, dejamos de pelear con eso, con nuetro adentro. Ni siquiera tiene que tener afuera una forma, ninguna concreción. Ellos se encuentra fuera, y son invisibles, lo mismo que adentro, pero más lejos. Abrazos.

Muchas gracias, Ram´ón. Recibe un fuerte abrazo.

Uno de los mejores trabajos de Bruno, en Alaire.