Editorial Alaire

Guillermo Cuesta escribió:A mi pierna suelta se agarró una luz que no soñaba.
Respeto y miedo tuve. Los ojos me pesaban tres quintales.
La magia azul que recorría el cielo se puso placentera,
los ojos no eran ojos sino estrellas
y las estrellas ojos
que estaban en letargo complacido y reluciente
con sus dos niñas nacidas de memoria.
Si la otra pierna duerme ¿quién evita
que cruce una galaxia somnolienta
o caiga sin disfraz la tierra oscura?
Objeto y objetivo, qué distantes de mi
más que sublime y tierno
poder nacer de nuevo en otro sitio,
para que los conceptos y las luces
conviertan cada objeto en objetivo.
Que el objetivo de los sueños renueve la esperanza
hasta que el pensamiento consiga no morir.

Guillermo Cuesta escribió:A mi pierna suelta se agarró una luz que no soñaba.
Respeto y miedo tuve. Los ojos me pesaban tres quintales.
La magia azul que recorría el cielo se puso placentera,
los ojos no eran ojos sino estrellas
y las estrellas ojos
que estaban en letargo complacido y reluciente
con sus dos niñas nacidas de memoria.
Si la otra pierna duerme ¿quién evita
que cruce una galaxia somnolienta
o caiga sin disfraz la tierra oscura?
Objeto y objetivo, qué distantes de mi
más que sublime y tierno
poder nacer de nuevo en otro sitio,
para que los conceptos y las luces
conviertan cada objeto en objetivo.
Que el objetivo de los sueños renueve la esperanza
hasta que el pensamiento consiga no morir.

xaime oroza carballo escribió:Que gran sueño, Guillermo, envidiable para ver si cesan de bailar su ominosa danza los semáforos en ámbar a lo lejos, entre la niebla. Gracias.
Un abrazo

Antonio Justel escribió:

Guillermo Cuesta escribió:A mi pierna suelta se agarró una luz que no soñaba.
Respeto y miedo tuve. Los ojos me pesaban tres quintales.
La magia azul que recorría el cielo se puso placentera,
los ojos no eran ojos sino estrellas
y las estrellas ojos
que estaban en letargo complacido y reluciente
con sus dos niñas nacidas de memoria.
Si la otra pierna duerme ¿quién evita
que cruce una galaxia somnolienta
o caiga sin disfraz la tierra oscura?
Objeto y objetivo, qué distantes de mi
más que sublime y tierno
poder nacer de nuevo en otro sitio,
para que los conceptos y las luces
conviertan cada objeto en objetivo.
Que el objetivo de los sueños renueve la esperanza
hasta que el pensamiento consiga no morir.

... la imginación poética al servicio de la esperanza, Guillermo Cuesta, dando utilidad y vida a esta vida que nos tiene sin vivir en nosotros, poeta, sin vivir... hábil y listo siempre con tus lindos versos, estimado amigo, siempre estás en la brecha, siempre...Orión

Guillermo Cuesta escribió: A mi pierna suelta se agarró una luz que no soñaba.
Respeto y miedo tuve. Los ojos me pesaban tres quintales.
La magia azul que recorría el cielo se puso placentera,
los ojos no eran ojos sino estrellas
y las estrellas ojos
que estaban en letargo complacido y reluciente
con sus dos niñas nacidas de memoria.
Si la otra pierna duerme ¿quién evita
que cruce una galaxia somnolienta
o caiga sin disfraz la tierra oscura?
Objeto y objetivo, qué distantes de mi
más que sublime y tierno
poder nacer de nuevo en otro sitio,
para que los conceptos y las luces
conviertan cada objeto en objetivo.
Que el objetivo de los sueños renueve la esperanza
hasta que el pensamiento consiga no morir.

Óscar Distéfano escribió:Un poema que se lee con gusto, pero exige otras lecturas, pues su aparente juego de palabras implica una profunda reflexión existencial. Creo, además, que la imaginación ha galopado casi sin bridas, cruzando las vastas praderas de la ensoñación. Me ha gustado mucho.

Un abrazo, amigo.
Óscar

Rafel Calle escribió:Muy bello trabajo de Guillermo.

Mirta Elena Tessio escribió:

Guillermo Cuesta escribió:A mi pierna suelta se agarró una luz que no soñaba.
Respeto y miedo tuve. Los ojos me pesaban tres quintales.
La magia azul que recorría el cielo se puso placentera,
los ojos no eran ojos sino estrellas
y las estrellas ojos
que estaban en letargo complacido y reluciente
con sus dos niñas nacidas de memoria.
Si la otra pierna duerme ¿quién evita
que cruce una galaxia somnolienta
o caiga sin disfraz la tierra oscura?
Objeto y objetivo, qué distantes de mi
más que sublime y tierno
poder nacer de nuevo en otro sitio,
para que los conceptos y las luces
conviertan cada objeto en objetivo.
Que el objetivo de los sueños renueve la esperanza
hasta que el pensamiento consiga no morir.

Me ha gustado tu poema, yo creo que en verdad el hombre vive en sueños.-