Editorial Alaire

Rafael Zambrano Vargas escribió:Pero…, es más allá donde se divisan puertas abiertas,
donde el sistema se abre a la vez que la aurora,
reclamando vida, exigiendo vida.
Y es que todo se impregna de la miel del cielo,
de la sabiduría de un invierno con traje de nieve,
mientras los campos, taciturnos,
esperan la venida de un sol radiante de primavera.


Alejandro: Precioso poema, del que te he elegido esa estrofa que es una maravilla
sin menoscabo del resto del poema, que me ha gustado mucho leer.

Todo un lujo, Alejandro

Mi abrazo

Muy amable. Te agradezco el comentario que me dejas.

Un fuerte abrazo.

R. Zambrano

Ramón Carballal escribió:Una vez más me identifico con tu sentir y tu decir. Felicidades y un abrazo.

E. R. Aristy escribió:

Alejandro Costa escribió:En la oquedad del frío
no existen razones que te inviten a respirar,
más allá de las catacumbas inexorables del destino,
del padecer ulceroso de un discurso sin palabras,
de una inundación de seres perdidos
y una tormenta en la cima de un ocaso.

Pero…, es más allá donde se divisan puertas abiertas,
donde el sistema se abre a la vez que la aurora,
reclamando vida, exigiendo vida.
Y es que todo se impregna de la miel del cielo,
de la sabiduría de un invierno con traje de nieve,
mientras los campos, taciturnos,
esperan la venida de un sol radiante de primavera.

Ahora, deprimido por el brutal golpe de la naturaleza,
espero su amnistía para poder reverdecer mis jornadas,
espero ese horizonte que se abra hacia la vulgar felicidad,
y espero, -aún con paciencia-,
que la oscuridad hipocondríaca
tienda la mano a la brillante luz del día.

Acaso, porque la historia nos convirtió en invitados,
y con el tiempo somos reyes.

O simplemente…
…eso nos imaginamos.

Me gusta este poema a la depresión de la estación del invierno. Seguro que nuestro lente cambia en la primavera. Algo mejor que reyes nos ocupa aun en el crudo invierno. Un placer leerte, Alejandro.

Mirta Elena Tessio escribió:

Alejandro Costa escribió:En la oquedad del frío
no existen razones que te inviten a respirar,
más allá de las catacumbas inexorables del destino,
del padecer ulceroso de un discurso sin palabras,
de una inundación de seres perdidos
y una tormenta en la cima de un ocaso.

Pero…, es más allá donde se divisan puertas abiertas,
donde el sistema se abre a la vez que la aurora,
reclamando vida, exigiendo vida.
Y es que todo se impregna de la miel del cielo,
de la sabiduría de un invierno con traje de nieve,
mientras los campos, taciturnos,
esperan la venida de un sol radiante de primavera.

Ahora, deprimido por el brutal golpe de la naturaleza,
espero su amnistía para poder reverdecer mis jornadas,
espero ese horizonte que se abra hacia la vulgar felicidad,
y espero, -aún con paciencia-,
que la oscuridad hipocondríaca
tienda la mano a la brillante luz del día.

Acaso, porque la historia nos convirtió en invitados,
y con el tiempo somos reyes.

O simplemente…
…eso nos imaginamos.

Sí,,, es más allá donde divisas el horizonte y las puertas se abren
para ver las bellas imágenes que me transmiten tus bellos versos.
Gracias por darme este obsequio y ya me estoy yendo.
Ha sido un placer leerte-
Un abrazo agradecido.-

Lunamar Solano escribió:Bella y contundente la profundidad de tus versos querido amigo...
Un gusto leerte siempre...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy