Editorial Alaire

Pilar Morte escribió:Toda la razón para tus versos. Has expuesto el tema de la soledad con belleza y profundidad en su sencillez
Abrazos
Pilar

Begoña Egüen escribió:

Ramón Castro Méndez escribió:
Existe, en el fondo, un temor a la soledad,
a asomarnos a la abisal desnudez
del frío abriéndose paso hacia la carne,
y buscamos, entonces, el refrendo
en ese desasirse del lento paso de las cosas
que, como sumarial inventario de nuestro hastío,
hemos ido acumulando día a día.
Intentamos renombrarnos
en cada agotadora vigilia de la vida;
mas en cada derrota se esconde un ardid,
un cruel e innecesario juego de palabras
que apenas cambia el rumbo de los días.

Profundo y hermoso decir. Mi más sincera enhorabuena, estimado amigo, Ramón Castro.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Rafel Calle escribió:Bello e interesante trabajo de Ramón.

Ramón Castro Méndez escribió:
Existe, en el fondo, un temor a la soledad,
a asomarnos a la abisal desnudez
del frío abriéndose paso hacia la carne,
y buscamos, entonces, el refrendo
en ese desasirse del lento paso de las cosas
que, como sumarial inventario de nuestro hastío,
hemos ido acumulando día a día.
Intentamos renombrarnos
en cada agotadora vigilia de la vida;
mas en cada derrota se esconde un ardid,
un cruel e innecesario juego de palabras
que apenas cambia el rumbo de los días.

E. R. Aristy escribió:

Ramón Castro Méndez escribió:
Existe, en el fondo, un temor a la soledad,
a asomarnos a la abisal desnudez
del frío abriéndose paso hacia la carne,
y buscamos, entonces, el refrendo
en ese desasirse del lento paso de las cosas
que, como sumarial inventario de nuestro hastío,
hemos ido acumulando día a día.
Intentamos renombrarnos
en cada agotadora vigilia de la vida;
mas en cada derrota se esconde un ardid,
un cruel e innecesario juego de palabras
que apenas cambia el rumbo de los días.

Toma un gran valor verse cara a cara con uno mismo. Es un poema para reflexionar en un lugar sin espejos. Un placer leerte, Ramon. Abrazos, ERA

E. R. Aristy escribió:

Ramón Castro Méndez escribió:
Existe, en el fondo, un temor a la soledad,
a asomarnos a la abisal desnudez
del frío abriéndose paso hacia la carne,
y buscamos, entonces, el refrendo
en ese desasirse del lento paso de las cosas
que, como sumarial inventario de nuestro hastío,
hemos ido acumulando día a día.
Intentamos renombrarnos
en cada agotadora vigilia de la vida;
mas en cada derrota se esconde un ardid,
un cruel e innecesario juego de palabras
que apenas cambia el rumbo de los días.

Toma un gran valor verse cara a cara con uno mismo. Es un poema para reflexionar en un lugar sin espejos. Un placer leerte, Ramon. Abrazos, ERA