Editorial Alaire

Me ha gustado mucho, se siente muy dentro, gracias por compartirlo. Abrazos.

Nos has dejado un buen poema, profundo y bien escrito. Me gustó mucho.
Besos
Pilar

Indefenso aquí el autor abre su sentir y llega a tiempo para que el poema pose y deje abierto el latir de la palabra
y buenas sensaciones al lector.

un abrazo

Ramón Castro Méndez escribió:Solo basta una sombra,
que atraviese el corazón,
para sentirnos vulnerables,
para perdernos en la inalcanzable inmensidad
de una noche con vistas a un mar y sus afueras.

La luz me desfigura el lívido semblante
que quiere apenas sostenerse
en cada objeto de la vacía habitación,
donde un adagio ha echado a andar,
a un solo pie, con paso firme.

Y yo quisiera abandonarme,
no sin dejarme oír entre el discordante enjambre
de latidos que acuden al apagado grito,
mas solo advierto la obstinada oscuridad
de mis propios ojos sumergidos,
la inerme soledad de los cuerpos desnudos
ante la inminente violencia de la sangre,
mientras un cielo despeñado
me nace debajo de los párpados.

Poeta, abandónate, es tu deseo, bajara la anciedad.
Un abrazo despejado.-

Ansiedad y amor que van de la mano tantas veces. Celebro tus versos, Ramón. Con un abrazo.
Salud.

Amparo Checa escribió:Me ha gustado mucho, se siente muy dentro, gracias por compartirlo. Abrazos.

Muchas gracias a ti, Amparo, por leerme y dejarme tu apreciado comentario.
Abrazos.

Pilar Morte escribió:Nos has dejado un buen poema, profundo y bien escrito. Me gustó mucho.
Besos
Pilar

Muchas gracias, Pilar, por tus siempre amables palabras.
Besos.

Guillermo Cuesta escribió:Indefenso aquí el autor abre su sentir y llega a tiempo para que el poema pose y deje abierto el latir de la palabra
y buenas sensaciones al lector.

un abrazo

Muy agradecido, Guillermo, por siempre asomarte a mis letras.
Un fuerte abrazo.

Mirta Elena Tessio escribió:

Ramón Castro Méndez escribió:Solo basta una sombra,
que atraviese el corazón,
para sentirnos vulnerables,
para perdernos en la inalcanzable inmensidad
de una noche con vistas a un mar y sus afueras.

La luz me desfigura el lívido semblante
que quiere apenas sostenerse
en cada objeto de la vacía habitación,
donde un adagio ha echado a andar,
a un solo pie, con paso firme.

Y yo quisiera abandonarme,
no sin dejarme oír entre el discordante enjambre
de latidos que acuden al apagado grito,
mas solo advierto la obstinada oscuridad
de mis propios ojos sumergidos,
la inerme soledad de los cuerpos desnudos
ante la inminente violencia de la sangre,
mientras un cielo despeñado
me nace debajo de los párpados.

Poeta, abandónate, es tu deseo, bajara la anciedad.
Un abrazo despejado.-

Amiga Mirta, la ansiedad es como un cardumen de peces de colores nadando entre un mar de abejas. Muchas gracias por tus siempre atentas y estimulantes palabras.
Un afectuoso abrazo.

Julio Gonzalez Alonso escribió:Ansiedad y amor que van de la mano tantas veces. Celebro tus versos, Ramón. Con un abrazo.
Salud.

Julio, muy agradecido por tu paso y atento comentario.
Un abrazo.

Me ha encantado, Ramón. Recibe mis abrazos sinceros, amigo.

Marius Gabureanu escribió:Me ha encantado, Ramón. Recibe mis abrazos sinceros, amigo.

Muchas gracias, Marius, aprecio en mucho tu comentario.

Un fuerte abrazo.

Los mejores poemas de Ramón Castro, en Alaire.

Ramón Castro Méndez escribió:Solo basta una sombra,
que atraviese el corazón,
para sentirnos vulnerables,
para perdernos en la inalcanzable inmensidad
de una noche con vistas a un mar y sus afueras.

La luz me desfigura el lívido semblante
que quiere apenas sostenerse
en cada objeto de la vacía habitación,
donde un adagio ha echado a andar,
a un solo pie, con paso firme.

Y yo quisiera abandonarme,
no sin dejarme oír entre el discordante enjambre
de latidos que acuden al apagado grito,
mas solo advierto la obstinada oscuridad
de mis propios ojos sumergidos,
la inerme soledad de los cuerpos desnudos
ante la inminente violencia de la sangre,
mientras un cielo despeñado
me nace debajo de los párpados.

Silencio. Creo ser este el poema que da voz en todas las gamas al color y la temperatura de la ansiedad y depresión que aflige el alma humana. Encuentro en tu austero y bello poema, Ramo Castro Mendez, la expresividad no solo como un necesitado alivio, pero, como un instrumento de catarsis para el lector. Si la poesía fuera un adorno, un conjunto de palabras embellecidas de artificios y sometida al juicio de la frivolidad, nos perderíamos en reconocer concienzudamente el dolor de nuestras almas.


"Y yo quisiera abandonarme,
no sin dejarme oír entre el discordante enjambre
de latidos que acuden al apagado grito,
mas solo advierto la obstinada oscuridad
de mis propios ojos sumergidos,
la inerme soledad de los cuerpos desnudos
ante la inminente violencia de la sangre,
mientras un cielo despeñado
me nace debajo de los párpados."


Reconozco la fidelidad de estas vulnerables y a la vez poderosas imágenes. Un poema que cruza entre abismos y que llega por sí mismo a la cumbre de la expresión. Un abrazo, amigo poeta. ERA

Mi querido amigo Ramón, un bello y sugerente poema. Desde el primer verso queda mi retina con falta de luz y mi corazón con apagado ritmo. Trasmites muy bien la idea con un campo semántico homogéneo y una secuencia de versos con ritmo de adagio.

Un abrazote y salud